Hoy me he levantado sin un ápice de sueño, pero con un sonambulismo curioso. Me he calentado la leche, he comido los cereales viendo otro episodio de Cómo conocí a vuestra madre, me he vestido y ¡hala! A clase. Han comenzado a decir por Whatsapp que no iba nadie, porque hoy en historia moderna hay sesión de exposición de trabajos y no es una clase entera porque después de eso hay una visita al MNAC de la misma asignatura.
Hoy he variado el Café con leche por un Capuccino con chocolate y he llegado a clase el primero y ha tardado tiempo en llegar Paula y a partir de ella todo el mundo.
En Historia moderna han expuesto sus trabajos, castillos de Terrassa, palacios de Viena y Sant Feliu, etc y desde allí nos hemos ido al museo. Durante toda la hora no dejaban de sonar las alarmas de incendio de la facultad: primero sonaban las de al lado, luego se apagaban estas y se encendían las de más allá, y luego las de la planta de arriba y luego las de la planta de abajo. Nos hemos asustado porque el simulacro ya ha sido y creíamos que había un incendio de verdad, la profe se ha asomado y ha visto que todo el mundo estaba tranquilo y ha seguido con la clase (clase que deberíamos de haber terminado antes de y media pero que se ha alargado hasta menos veinticinco) y diréis: ¿PERO POR QUÉ OS QUEDASTEIS? ¿HABÉIS MUERTO? ¿ERES EL ESPÍRITU DE DANI VOLVIENDO DE LA TUMBA PARA ESCRIBIRNOS SUS ÚLTIMOS MOMENTOS Y SUS ÚLTIMAS VOLUNTADES? ¿QUIERES QUE MATE A TODO EL INSTITUTO Y BAILE UNA SAMBA SOBRE SUS CADÁVERES CHAMUSCADOS? Eso último no estaría mal, pero no me van las sambas, yo soy más de cumbias. Resulta que sonaban las alarmas por fallos informáticos. ¡Estas cosas informatizadas que a veces fallan! ¡Es todo por culpa de los 0 y los 1!
Salíamos y de repente Maria y Alba han tenido que ir al lavabo y ya habíamos perdido tanto al grupo como a la profe de Moderna y hemos corrido por toda la calle Tallers hasta el metro y una vez en el andén, resulta que algo había pasado en Urquinaona que el metro iba con muuucho retraso pero bueno, la profe también estaba allí esperando en el andén y nos hemos juntado con ella. Si llegamos tarde, llegamos todos tarde. Y de hecho, después de haber llegado (el metro ha tardado varios minutos más) a Espanya, subimos por Maria Cristina, usando las escaleras normales (las que no son mecánicas, que yo llamaría analógicas) y llegamos al MNAC, sin aliento y tras haber dicho varias veces con un inglés andaluz: "Really, leave me here, leave my corpse behind, don't look backwards, just leave me here in the corner, please".
Entramos, dejamos las mochilas y nos metemos en el vestíbulo oval, donde la profe nos dice las palabras que me hicieron decaer el ánimo "He enfocado esta visita a los cuadros e imágenes de los santos para contrastar las representaciones de antes de la Reforma y de después de la Contrarreforma". UFFFFF. La parte de las obras que yo siempre me saltaba, era la única que íbamos a ver. Pero al final no sólo hemos visto santos y no se me han hecho los que hemos hecho aburridos y hasta hemos visto nobles y en la sala Francesc Cambó que es la que nunca había visto. Cuadros de señores viriles, de reyes españoles "hechizados" más feos que un huevo frito con moho, mujeres to sexys, santos buenorros que te miran con cara de bizco y santos que trasforman el pan en rosas pa que no les pillen, como lo sepan los del top manta, le quitan el truco. Después, sobre las 12 nos ha dicho que con la etiqueta podíamos ir donde quisiéramos del museo y Aila, Cintia y yo hemos ido corriendo a que los demás cogieran sus mochilas a las taquillas e ipso facto de cabeza a ver las exposiciones de Arte moderno. UFFF. Me encantan mis pinturas modernistas y románticas. Mis esculturas de Miquel Blay y Josep Llimona, los muebles de Art Nouveau de Domènech i Muntaner.... Ah... Después hemos ido a la tienda y yo, aunque llevaba todo el día insistiendo, no he comprado nada. No sé por qué, pero no he comprado nada. Hemos bajado del museo hasta la plaza y de allí a comer a casa. Me dolían los pies y las piernas cosa mala y encima tenía que ir a teatro. He comido, me he metido en la cama y me he dormido hasta las 16,30. No he ido a teatro. Creo que tras cuatro años yendo siempre, me merezco un día libre de teatro. A las 16,30 me ha llamado Laura, que había vuelto de Reus, para dar una vuelta y tras comprar regaliz y dar una vuelta por la misma manzana varias veces haciendo tiempo hasta que han abierto la academia, me he despedido de ella y me he metido en inglés, donde con los peques hemos comenzado el tercer tema que es el de la family y me he currado un árbol genealógico con nombres, dibujos, tarjetas y todo.
Después de eso he ido a casa de Lau a escucharla repasar Filosofía y cuando se ha hecho la hora de cenar, he vuelto a casa a cenar y a hacer las inscripciones de Epigrafía que hay para mañana. Eso sí, esto último me ha costado de ponerme porque estaba en la cama tumbao, jugando a Doctor Who: Legacy y hasta que se han encendido ambos portátiles, media hora he tardado. En fin. Otro día más en mi vida.
Que los dioses os guíen y que San Pablo os mire bizcamente desde su trono en el cielo y que San Dídac de Alcalá os convierta el pan del bocadillo en rosas durante la hora del patio, sólo por joder.
4 de des. 2013
3 de des. 2013
Día 703: ¡¡¡¡TOMAAAAÁH!!!
Comienza un día más y como ayer no me fui a dormir tan tarde y me dormí de golpe, aunque con miedo porque volvía a respirar como un globo deshinchándose y con tos pero me dormí y me he puesto otro episodio de HIYM mientras desayunaba y por un día, ¡tengo el bocadillo hecho! Comienza la semana rara en mi facultad. Hoy tenemos tres horas de película sobre Historia medieval tras una hora de Moderna. Llego, me cojo mi café y Paula se iba para la biblioteca, pero suerte que le he avisado porque la biblioteca abre a y media igual que la cafetería. Es guay porque está haciendo el trabajo de Moderna del palau Falguera, un palacio en el que yo pasé mi infancia en Sant Feliu y aquí está, delante de mí en clase haciéndolo, y yo haciendo como que tomo apuntes pero en realidad redacto esta entrada. En calase estamos Aila, Paula, Cintia, Berta y yo y acaba de llegar Alba a y media. ¿Qué habrá pasado? Más adelante lo sabréis.
Me encanta porque ha dicho un rey francés y me he acordado de quién es. Henri IV, Paris bien vale una misa. Es gracioso porque la profe dice los nombres de los reyes en castellano (a veces en italiano como Isabella de Castiglia) y yo en mis apuntes me los apunto en sus idiomas originales: Elizabeth I Tudor, Louis XVI Borbon, etc.
Me encanta esta clase porque esta mujer sabe tantos idiomas y nos los lee todos y nos pone textos en francés, catalán, castellano y sobre todo en italiano. Deberíais haberla visto traduciéndonos en directo Il Galateo de Giovanni della Casa. Un amor de mujer que en vez de traducírnoslo ya directamente en el powerpoint, nos lo traduce en directo. Qué mona.
Y subimos a ver la peli de Medieval. Becket de Richard Burton y Peter O'Toole. DIOOOOS. Qué genialidad de película. Es de los 60 y es simple y sencillamente brutal. Habla de la relación entre el poder monárquico y la iglesia, entre Henry II of England y el archbishop of Canterbury Thomas Becket. ESTOS DOS FOLLABAN DURO. La escena de la toalla en la que Becket está secando al rey que está de espaldas y le dice: "Sólo tú sabes hacerlo", la tensión sexual no resuelta que hay entre ellos dos, que el rey mientras reciba latigazos mire la estatua de Becket, que se desmaye porque le late el corazón demasiado deprisa por Becket y el grito de TOMAAAAAAAAAAAH! en las costas francesas del rey. Dios, qué grande Peter O'Toole. Y las muertes del hermano John y de Becket. Qué geniales. Un 10 a la pirueta y tirabuzón doble del hermano John al morir, el retrasado hermano John que con una cruz de plata se enfrenta a los cuatro barones del rey armados y con armadura y encima con los brazos levantados se ha lanzado contra ellos y pam, se encuentra con una espada en su camino. En serio, toda la sala se ha reído cuando ha muerto por la caída ridícula que ha tenido. Brutal.
¡Y vuelta a casa en metro!
Después de llegar a casa, me pongo a ver Cómo conocí a vuestra madre y como. Después de comer, me voy a casa de Laura, a que la pobrecita coma y descanse un poco mientras yo juego a un juego que me acabo de bajar para el móvil. Doctor Who: Legacy. Es una puta viciada. Se parece un poco de lejos al Candy Crush, son bolitas de colores. Pero hay personajes guays y mola mucho. Muy viciado, sí, sí. Después me he ido a clase de inglés, que me tocaba hoy examen con los mayores. Han entrado y para variar, hemos tenido una clase silenciosa. Han hecho el examen en silencio y me ha tocado levantarme bastante y hacía calor y me moría y me he dejado las rodillas, pero han hecho el examen rápidamente. Parece que este era fácil y rápido de hacer. Aún no he mirado cómo lo habrán hecho, supongo que bien.
Después de eso me he ido a casa de Laura, que me ha estado dos horas explicándome su examen de Biología. Mucha suerte, cariño, ¡tú puedes darle fuerte a ese examen!
Después de eso, me he ido para casa a pintar mandalas mientras veía Cómo conocí a vuestra madre. La dura vida del estudiante post-exámenes.
Que los dioses os guíen y que San Tomás Becket os guíe, Tomases.
Me encanta porque ha dicho un rey francés y me he acordado de quién es. Henri IV, Paris bien vale una misa. Es gracioso porque la profe dice los nombres de los reyes en castellano (a veces en italiano como Isabella de Castiglia) y yo en mis apuntes me los apunto en sus idiomas originales: Elizabeth I Tudor, Louis XVI Borbon, etc.
Me encanta esta clase porque esta mujer sabe tantos idiomas y nos los lee todos y nos pone textos en francés, catalán, castellano y sobre todo en italiano. Deberíais haberla visto traduciéndonos en directo Il Galateo de Giovanni della Casa. Un amor de mujer que en vez de traducírnoslo ya directamente en el powerpoint, nos lo traduce en directo. Qué mona.
Y subimos a ver la peli de Medieval. Becket de Richard Burton y Peter O'Toole. DIOOOOS. Qué genialidad de película. Es de los 60 y es simple y sencillamente brutal. Habla de la relación entre el poder monárquico y la iglesia, entre Henry II of England y el archbishop of Canterbury Thomas Becket. ESTOS DOS FOLLABAN DURO. La escena de la toalla en la que Becket está secando al rey que está de espaldas y le dice: "Sólo tú sabes hacerlo", la tensión sexual no resuelta que hay entre ellos dos, que el rey mientras reciba latigazos mire la estatua de Becket, que se desmaye porque le late el corazón demasiado deprisa por Becket y el grito de TOMAAAAAAAAAAAH! en las costas francesas del rey. Dios, qué grande Peter O'Toole. Y las muertes del hermano John y de Becket. Qué geniales. Un 10 a la pirueta y tirabuzón doble del hermano John al morir, el retrasado hermano John que con una cruz de plata se enfrenta a los cuatro barones del rey armados y con armadura y encima con los brazos levantados se ha lanzado contra ellos y pam, se encuentra con una espada en su camino. En serio, toda la sala se ha reído cuando ha muerto por la caída ridícula que ha tenido. Brutal.
¡Y vuelta a casa en metro!
Después de llegar a casa, me pongo a ver Cómo conocí a vuestra madre y como. Después de comer, me voy a casa de Laura, a que la pobrecita coma y descanse un poco mientras yo juego a un juego que me acabo de bajar para el móvil. Doctor Who: Legacy. Es una puta viciada. Se parece un poco de lejos al Candy Crush, son bolitas de colores. Pero hay personajes guays y mola mucho. Muy viciado, sí, sí. Después me he ido a clase de inglés, que me tocaba hoy examen con los mayores. Han entrado y para variar, hemos tenido una clase silenciosa. Han hecho el examen en silencio y me ha tocado levantarme bastante y hacía calor y me moría y me he dejado las rodillas, pero han hecho el examen rápidamente. Parece que este era fácil y rápido de hacer. Aún no he mirado cómo lo habrán hecho, supongo que bien.
Después de eso me he ido a casa de Laura, que me ha estado dos horas explicándome su examen de Biología. Mucha suerte, cariño, ¡tú puedes darle fuerte a ese examen!
Después de eso, me he ido para casa a pintar mandalas mientras veía Cómo conocí a vuestra madre. La dura vida del estudiante post-exámenes.
Que los dioses os guíen y que San Tomás Becket os guíe, Tomases.
2 de des. 2013
Día 702: Sin dormir y sin café se pierde hasta la fe
Hoy me he despertado y no sé si he dormido, o sólo he tenido los ojos cerrados durante dos horas. La última vez que miré el reloj eran las cuatro y media y recuerdo haberme levantado con los ojos entelados al lavabo y eran las cinco. A todo esto con un resfriado del copón que no dejaba de toser, respirar como un globo deshinchándose y con una tos que parecía un camionero fumando como un carretero. Suena el despertador y me caliento la leche. Estaba tan dormido que no me ha dado ni palo. Cojo mi portátil táctil, me lo pongo en la mesa del comedor y me pongo a ver Cómo conocí a vuestra madre mientras desayuno. Me visto, me hago la mochila todo por inercia y me pongo los cascos y la bufanda y el gorro. Hala, a enfrentarse a la fría calle de una mañana de diciembre. Ya estamos a diciembre, casi no me lo creo. Dioses del Olimpo. Estaba llegando a la Gran Via y de repente comienza a sonar el I dreamed a dream de Susan Boyle y me lo pongo a toda hostia y con eso creo que me he despertado y he empezado a vivir la canción y me ha dado un subidón que parecía que estuviera yo cantando gesticulando en medio de la Gran Via con los conductores mirándome. Pero me ha dado igual porque era lo que necesitaba. Llegando a la parada he tenido que correr para coger el bus y he sufrido por el portátil botando dentro de mi mochila. Me subo en el bus y me bajo en Muntaner sin darme cuenta de que ha pasado el tiempo. Creo que me he vuelto a dormir despierto. Esta vez me fijo en la librería de segunda mano y estaba cruzando la calle de la plaza de Goya cuando veo a Joan, un chico de teatro con el que comencé en el Ela-Ela viniendo de Universitat y me ha acompañado hasta la facultad hablando. Encuentros a las siete de la mañana con viejas glorias de teatro. Y hemos flipado ambos como diciendo: ¿Qué haces tú aquí a estas horas y aquí? Total, que me despido de Joan en la puerta de la facultad y me meto en la biblioteca a por el café de cada mañana. Cual ha sido mi sorpresa cuando ponía en la máquina: FUERA DE SERVICIO. Se me ha caído el cielo encima. Habiendo dormido solo dos horas y sin café. Me moriría en Historia moderna, pero el resultado ha sido otro. Yo, como soy un dramas y un pupas he comenzado a quejarme por la máquina de café, pero la realidad ha sido que no me he dormido pero que me duele la mano de la bolera. He llegado a un nivel superior pues tengo agujetas de haber tirado unas veinte veces una bola de bolos. No me lo puedo creer.
En Historia moderna, entre cabezada y cabezada, agujeta y agujeta he tomado los apuntes sobre moda femenina en la edad moderna. Hemos descubierto que los señores modernos y las señoras modernas eran unos guarros y unos inútiles. Creían que en el agua había enfermedades y los líquidos eran algo diabólico y por eso no se bañaban. Sólo se cambiaban y lavaban el cuello y los puños de la camisa que llevaban pues la blancura de éstos demostraba su nobleza. También se embadurnaban con polvos de talco para limpiarse y quitarse el sudor (líquido que también traía enfermedades, por cierto) y los bebés, en vez de lavarse, los vendaban. Sí, sí. Los vendaban y les cambiaban las vendas para lavarlos. Por eso morían más de la mitad, y los que sobrevivían por gracia de los dioses, pues mira. Luego estaba el tema del cabello, si miráis cuadros de esa época veréis a todos con pelucas eso es consecuencia de no lavarse: al no lavarse el pelo se pudre y el pelo putrefacto además de apestar no tenía demasiado buen aspecto pues ante eso, pelucas. Además, yo ya sabía que desde época medieval, los señores y las señoras esnifaban colonia para no tener que oler el mundo como era. Asqueroso, pero mira, era la época en la que les tocó vivir. También me ha hecho ilusión porque hemos hablado de Madame de Pompadour que “le gustaba lo científico y hacía experimentos” y yo pensando por dentro: porque conoció al Doctor, a su Doctor de la chimenea y por eso le encantaba lo científico. Yo sé la verdad. #whoviansalpoder
Después de clase hemos ido a por un bocadillo de queso y un café para desayunar (POR FIN UN CAFÉ, TOMA CHUTE DE CAFEÍNA PA MI BODY) y a imprimirle un libro a Cintia en la copistería. Después de eso a una tienda de DVDs antiguos y baratos y luego a ver dónde estará la librería de segunda mano que abrirán donde me bajo yo del bus cada día.
Y una vez mirado el lugar, de vuelta a clase de Medieval, donde he comenzado a escribir esta entrada porque sigo sin internet en casa. A ver si llamo esta tarde. Después de Medieval seguiré en casa, a ver si puedo, que aún queda día por delante.
En clase de Medieval, me la he pasado la mitad navegando por la red, buscando cosas, actualizando listas de libros, bla, bla, bla mientras tomaba apuntes del principio de Carlomagno, que se llamaba Carlos. Ha sido tan gracioso. Nieto de un Martel. Unbowed, unbent, unbroken. Búsquedas en la red en las que te enteras de que han existido Daniel Lestrange de verdad en Irlanda y en Londres, que algunos eran carcineros y nacieron en el siglo XIX o a inicios del XX. SON MIS VIDAS PASADAS. Nos hemos enterado de que la sueca de Erasmus está liada con Mister Praxis. Dioses del infierno, ¿xq? ¿xq? ¿xq?
En Historia moderna, entre cabezada y cabezada, agujeta y agujeta he tomado los apuntes sobre moda femenina en la edad moderna. Hemos descubierto que los señores modernos y las señoras modernas eran unos guarros y unos inútiles. Creían que en el agua había enfermedades y los líquidos eran algo diabólico y por eso no se bañaban. Sólo se cambiaban y lavaban el cuello y los puños de la camisa que llevaban pues la blancura de éstos demostraba su nobleza. También se embadurnaban con polvos de talco para limpiarse y quitarse el sudor (líquido que también traía enfermedades, por cierto) y los bebés, en vez de lavarse, los vendaban. Sí, sí. Los vendaban y les cambiaban las vendas para lavarlos. Por eso morían más de la mitad, y los que sobrevivían por gracia de los dioses, pues mira. Luego estaba el tema del cabello, si miráis cuadros de esa época veréis a todos con pelucas eso es consecuencia de no lavarse: al no lavarse el pelo se pudre y el pelo putrefacto además de apestar no tenía demasiado buen aspecto pues ante eso, pelucas. Además, yo ya sabía que desde época medieval, los señores y las señoras esnifaban colonia para no tener que oler el mundo como era. Asqueroso, pero mira, era la época en la que les tocó vivir. También me ha hecho ilusión porque hemos hablado de Madame de Pompadour que “le gustaba lo científico y hacía experimentos” y yo pensando por dentro: porque conoció al Doctor, a su Doctor de la chimenea y por eso le encantaba lo científico. Yo sé la verdad. #whoviansalpoder
Después de clase hemos ido a por un bocadillo de queso y un café para desayunar (POR FIN UN CAFÉ, TOMA CHUTE DE CAFEÍNA PA MI BODY) y a imprimirle un libro a Cintia en la copistería. Después de eso a una tienda de DVDs antiguos y baratos y luego a ver dónde estará la librería de segunda mano que abrirán donde me bajo yo del bus cada día.
Y una vez mirado el lugar, de vuelta a clase de Medieval, donde he comenzado a escribir esta entrada porque sigo sin internet en casa. A ver si llamo esta tarde. Después de Medieval seguiré en casa, a ver si puedo, que aún queda día por delante.
En clase de Medieval, me la he pasado la mitad navegando por la red, buscando cosas, actualizando listas de libros, bla, bla, bla mientras tomaba apuntes del principio de Carlomagno, que se llamaba Carlos. Ha sido tan gracioso. Nieto de un Martel. Unbowed, unbent, unbroken. Búsquedas en la red en las que te enteras de que han existido Daniel Lestrange de verdad en Irlanda y en Londres, que algunos eran carcineros y nacieron en el siglo XIX o a inicios del XX. SON MIS VIDAS PASADAS. Nos hemos enterado de que la sueca de Erasmus está liada con Mister Praxis. Dioses del infierno, ¿xq? ¿xq? ¿xq?
Salgo de clase y directo para el metro con Cintia y Aila, pero ellas se bajan antes que yo y yo, aguantando sin sentarme en todo el trayecto llego a Hospital de Bellvitge, a mis curas de cada dos semanas. Llegamos, nos entamos y tras esperar media hora me visitan y me dicen que la doctora llegará en poco tiempo y me podrá dar el alta. Ya es hora. Después de la visita vamos a comer a la cafetería del hospital una repulsiva y vomitiva deliciosa comida basada en macarrones al horno con zanahoria y pollo con berenjena. En fin, que he disfrutado más comiendo el pan y el postre que nada. Después de eso, convenzo a mi padre de ir al Mediamarket porque aún era el Black Friday (terminaba hoy lunes) a ver si estaba The perks of being a Wallflower y sí. ¡A mitad de precio! Después de eso hemos vuelto al barrio y yo me he pasado por casa de Laura que estaba malita y la he estado cuidando hasta que me ha tocado la hora de irme a inglés.
Antes de explicar inglés me gustaría comentar el fenómeno Black Friday. En Estados Unidos a primera hora de la mañana las rebajas son del 90% y a medida que va pasando el día esta rebaja disminuye, en cambio en España, como son unos copiones pero a la española han decidido que sólo sea unos cuantos artículos, unas cuantas tiendas y la rebaja únicamente del 50% y en algunas tiendas, ni eso.
En fin, hoy me tocaba el examen con los peques. Además de estar asustadísimo porque les costaba entender el examen, han tenido errores básicos que se habrían podido ahorrar si hubiéramos practicado más lo escrito, se han pasado media clase discutiendo sobre si tenían cada color y sobre qué ejercicio iban y las ganas que tenían de coger la consola. Pero al final no les ha dado tiempo de jugar y uno de los alumnos no ha venido, así que le tocará hacer el examen el miércoles con la secretaria. En fin. Después de eso me he ido a casa de Laura a volver a verla que seguía malita y después de dejarla en inglés, me he venido para casa y, dispuesto a llamar a los del Internet, reinicio el router por si acaso me lo iban a decir y cuál es mi sorpresa cuando de repente tengo conexión. Maldito destino... Y bueno, cenar, hacer el vago y ver Cómo conocí a vuestra madre. Y mañana sera otro día que tengo muchas ganas de dormir.
Que los dioses os guíen y que Morfeo me viole esta noche.
1 de des. 2013
Día 701: Domingo de resfriado
Diez de la mañana y abro los ojos, a duras penas. Con dolor de cabeza y dolor de ojos. Mi cuerpo se levanta pero decido que no, que me merezco dormir más. Once de la mañana y abro los ojos estornudando. De nuevo decido que no quiero levantarme aún y que me merezco dormir más. Espero que mi cuerpo no decida levantarse más y deje de pelearse con mi yo interno. Mi cuerpo es un conflicto entre Apolo y Dioniso, razón y corazón. Y gana Dioniso hasta las 13,30 cuando decido levantarme, dar los buenos días a Lau por Whatsapp y ponerme algún capítulo de Cómo conocí a vuestra madre. La dura vida del universitario tras los exámenes parciales. Bueno, en mi caso el único examen parcial de Medieval del miércoles anterior. Eran sobre las tres cuando mis padres deciden comer, acordándose de que estoy despierto, porque no lo sabían. Lo mejor es que los toldos no estaban abiertos y aún así entraba la luz igual por el triangulito de entre ambos toldos. Tras comer una deliciosa paella, estornudar y seguir estornudando y encontrarme fatal de la cabeza y de los ojos llega Laura porque ella tenía que estudiar y tras dormir una horita, merendamos y ella se pone a estudiar, mientras yo comienzo a pasar los apuntes, pero no paso de la segunda línea cuando comienzo a encontrarme fatal y me meto bajo el edredón de mi cama y Lau se pone en el escritorio a estudiar. Resultó que me dormí y comencé a roncar. Y a todo esto, Lau pasando mis apuntes al ordenador, eso lo he sabido cuando se ha ido. Y encima, ella también estaba resfriada y enferma y ha estudiado. Es la supermujer. Y es mía. La adoro. Es la mejor. Y no me ha pagado por decir esto, lo digo libremente. De verdad. Decid que sí, que sino mi familia pagará las consecuencias. Vale, no, no, no. Lau, cariño, te quiero. #MomentoPukeRainbowsDeLaEntrada Pero #medaigual. #HashtagsEverywhere. Se va Lau a las nueve, ceno una pizza, me ducho y me pongo a ver Cómo conocí vuestra madre, porque sin Internet, que por cierto llamaré mañana, no se puede hacer mucho más. Suerte que me bajé la temporada entera antes de quedarme sin conexión.
Seguramente os preguntaréis cómo he subido esta entrada y la de los días anteriores porque me quedé sin conexión el viernes. Pues bien, el viernes ya tenía media entrada escrita en la universidad así que sólo tuve que acabarla a duras penas en el móvil y las del sábado y del domingo las publiqué el lunes en la universidad, bendito sea el wifi de mi facultad.
En fin, no hay mucho más que contar del domingo. Domingo de yo resfriado y de Lau resfriada. Domingo de resfriado.
Que los dioses os guíen y a ver si Noto, el viento del sur, nos sopla un poquito cerca y nos da un poquito de calor.
30 de nov. 2013
Día 700: Este día se merece un aplauso a lo Mónica Naranjo
Siete y media de la mañana y me despierto de golpe, sin
pesar ni con cansancio. Era una hora más de lo que me despertaba cada día por lo
que no me costaba y me aliviaba una hora de sueño. Me despierto y mientras
desayuno pensando en el largo día que me esperaba, me habla Laura (aclaración:
a partir de ahora cuando hablé de mi amiga Laura escribiré Laura y cuando hable
de mi novia, será Lau, que es como le gusta que le llamen) comentándome que
estuvo viendo los últimos episodios de Doctor Who. ¿Qué por qué me dice eso a
esas horas? Porque había quedado con ella, Lau, Hermann, Carlos, Vanesa y Alba
para ir a una convención de Doctor Who en un hotel de Les Corts. Mientras Laura
me enviaba Whatsapps yo intentaba desayunar y vestirme no dejaba de preguntarme
qué estaría haciendo Lau que no me hablaba ni me daba los buenos días. Nosotros
dos habíamos quedado a las ocho porque con los demás habíamos quedado a las
ocho y cuarto. Total, que eran las ocho y salgo mientras llamo a Lau, creyendo
que no me habría dicho nada porque estaría demasiado ocupada. La verdad era que
la pobrecita estaba durmiendo aún y me ha tocado esperar un cuarto de hora en
la fría calle. Dios, qué frío hacía. Hasta que ha bajado y hemos ido a toda
prisa a la parada del ferrocarril, donde nos estarían esperando los demás. ¿La
triste verdad? Sólo estaba Hermann. Ni Laura ni Carlos. Llamó a Laura y me dice
que estaba bajando de su casa, que se había entretenido y Carlos no me
respondía y su última conexión había sido a las dos de la mañana. Total, que como
no respondía, supuse que se habría dormido y habíamos quedado con Alba y Vanesa
a las 9,15-9,30 en la parada de Les Corts, y llegábamos tarde. Mientras
estábamos de metro en metro, haciendo transbordo y otras cosas típicas del
transporte urbano de Barcelona, recibo Whatsapps de Carlos diciéndome que se
acababa de despertar y que se acercaría al hotel en coche, que le dijera la
dirección y, ni siquiera yo sabía la dirección, sólo suponía que me sabría
orientar por el mapa de Google que había mirado el día anterior en el móvil,
porque no sé si lo he comentado pero no tengo internet en casa. (A día de hoy,
domingo, sigo sin tener). Salimos del andén y llegamos al vestíbulo de la
estación de metro, donde de pie esperamos a los demás para llegar, quedaba un cuarto
de hora. Mientras estábamos allí veíamos gente friki, disfrazada y con cosas de
Doctor Who llegar a la parada. Y en esto, mientras hablábamos de Doctor Who se
nos acerca un chaval con las típicas y estereotípicas pintas de friki que vive
en el sótano de casa de su madre y que trabaja en la informática o ha estudiado
alguna otra ciencia como física o astronomía y seguirá soltero hasta los
noventa, edad en la que por su fortuna vendrá alguna joven con la que se casará
dos años antes de su muerte, dos años en los que no verá a su joven mujer con
un extraño apego a los jardineros jóvenes y latinos. Total, el chico se nos
acerca y saca el destornillador sónico de Tennant, lo enciende y nos apunta con
él y se va sin comentar nada más ante nuestra atónita mirada. Ante la espera,
decidimos sentarnos en el vestíbulo y al cabo del rato llega Alba y su amigo
disfrazado de Décimo doctor. Vanessa nos dice que va directamente al hotel.
Salimos de la estación y contemplamos un parque cercano a la salida, un grupo de
whovians disfrazados se hacen fotos con sus disfraces. Ah, cómo me recordó ese
momento al Salón del manga, aunque en el salón no hubiera gente disfrazada de
Doctor Who. Llegamos al hotel, bastante cercano a la parada y nos metemos a
recerco del frío en el vestíbulo del hotel, lleno de gente esperando a que
abrieran las puertas de las salas principales. Había una tienda pero sólo había
camisetas de otras sagas de ciencia ficción y no me interesaba. Entramos en una
sala de proyecciones y vemos el corto que el amigo de Carlos ha dirigido, tras
la triunfante llegada de Carlos mientras esperábamos en el pasillo del
vestíbulo y la inesperada llegada de Vanesa mientras estamos sentados viendo un
montón de actores de la serie tanto clásica como actual saludando a los fans
españoles, entre los que estaban el abuelo de Donna, Gwen Cooper de Torchwood,
antiguas acompañantes del Doctor, los Doctores Quinto, Sexto y Séptimo. El
corto, genial. Me encantó. Aunque había un par de personajes que no se parecían
para nada al original, pero tiene una puntuación de 9,75 para mí. Después del
corto se suponía que íbamos a otras conferencias, a dar una vuelta por los
stands de Doctor Who que estarían en otra sala y talleres, pero fue salir de la
sala y entrar en la contigua y llenarse de gente, tanta gente que apenas
cabíamos en la sala y una sensación de claustrofobia nos dio a todos y un
hambre por el desayuno que decidimos salir de la convención (tras comprar yo un
póster sobre el Undécimo Doctor que me faltaba) a por un café en algún lado
cercano y encontramos una panadería y pedimos cafés. Yo decido pedir un
croissant y de repente nos damos cuenta del caro precio que costaba todo. Cómo
se nota que estábamos en Barcelona… Tras eso, Vanesa y su amiga Laura se van a
estudiar y nosotros decidimos ir en busca de un libro de Laura en librerías de
segunda mano: la primera cerca de Hospital Clínic en el Eixample, a la que
vamos en un bus que tardó la vida en llegar a la parada en la que esperábamos.
Librería de segunda mano en la que encuentro un libro que llevo mucho tiempo
buscando sólo por tres euros. Una oferta increíble, pero aún así los libros
eran todos demasiado viejos, libros que no me gustan y a los que soy alérgico,
o eso me dijeron la primera vez que me analicé las alergias. Después de eso,
vamos a la segunda librería pues Laura no había encontrado el libro y Alba y su
amigo deciden irse a su barrio. Vamos Lau, Laura, Carlos y yo hacia la segunda
librería de la misma cadena que estaba situada en una calle por la que paso
cada día para ir a clase y que nunca había visto, y eso me extrañaba. Usando
Google Maps busco un bus para ir allí y resulta que llegamos tarde al primer
bus que encuentro y había que esperar un cuarto de hora y en el segundo bus que
encuentro en una parada cercana también había que esperar otro cuarto de hora y
decidimos ir andando en vez de esperar tanto, pues estaba a un par de manzanas
de allí. Pero las manzanas son del Eixample y son más largas de lo normal.
Total, que llegamos a la librería y vemos que está abierta, pero sin cartel y
sin escaparate. Estaban montándolo todo pero no habían abierto. Pero aún así la
dependienta era simpática y nos deja entrar y le pregunta a Laura qué libro
busca y tras decirle que no le tenía, lo deja apuntado por si lo encuentra.
Abrirán próximamente y algo me da que no será la última vez que entre.
Después de eso decidimos ir al Nostrum de Rambla a comer
en la terraza. Sí, comimos en una terraza el último día de noviembre. Sin las
estufas de la terraza encendidas. Nos quedamos tan fríos que necesitamos dar un
paseo hasta Tallers donde tras dar una vuelt nos subimos al bus para volver al
barrio. En la parada del barrio, donde nos deja el bus, Laura se despide de Lau
y de mí y Carlos se espera hasta la llegada del bus que nos llevará a Lau y a
mí a Viladecans. Mirando los carteles de la parada y Lau hablando con Carlos no
nos damos cuenta de que el bus que íbamos a coger, había llegado a la parida y
nos subimos corriendo, despidiéndonos de Carlos a duras penas. Llegamos a
Viladecans tras un buen rato en el bus y nos bajamos en una fría avenida.
Esperando a los primos de Lau, hacemos el tonto en las calles de Viladecans,
frías y ventosas, imitando a Tu Cara Me Suena y cantando I was born this way de
Lady Gaga. A Lau se le pegó el “My mama told me when I was young: Baby, you’re a superstar”. Pero no le
digáis que he admitido que esa era la frase buena. Tras esperar veinte minutos
o así, llega Andrés en su coche con su novia María y su hermana Silvia. Nos
subimos al coche y vamos a la bolera de Barnasud donde pagamos un par de
partidas. Me dolía la mano con la bola de 11 azul que era mi favorita, pero yo
la seguía tirando. Aún así, cuando cojo la roja de 10 resultó que hice un
pleno, el único pleno durante la primera partida y aunque no quedé primero,
quedé por encima de Lau, cumpliendo el pique que teníamos ella y yo. En la
segunda partida, digamos que no fue mi mejor partida. Si conseguí tirar diez
bolos fue un milagro. Quizá fuera porque me dolía cada vez más la mano mientras
que Andrés ganaba la partida picándose con Silvia y ayudando a tirar los bolos
con Maria mientras Lau nos grababa para un video de Instagram que provocó la
muerte de la batería de mi móvil y creíamos que mi móvil al apagarse habría
asesinado el vídeo, pero bueno, al final del día veremos qué pasó en realidad.
Después de la bolera, vamos a casa de Silvia, que la pobre tenía que estudiar y
hacer el treball de recerca y Lau
tenía que mear en su lavabo.
Volvemos al coche con Maria y Andrés que, como era pronto
decidimos ir al Toys’a’Rus de Sant Boi, que yo de pequeño recordaba como enorme
y el paraíso, pero en la realidad era más pequeño y sólo veía muñecos de
dinosaurios y el muñeco de un gran tiranosaurio al que llamé Paco y del que me
encariñé, que nunca pude llevarme porque costaba 26 euros. Y después decidimos
ir al McDonald’s de Sant Boi , en el que vi que regalaban con el Happy Meal una
tortuga a la que decidí llamar Paco II, pero por falta de mesas decidimos coger
el coche e ir al McDonald’s de Viladecans y Andrés, llegando al restaurante se
equivocó de carril y nos metimos en el McAuto y ya de paso, pedimos el menú y
comimos dentro del coche aparcados en un polígono, estando calentitos dentro
del coche. Con las lunas del coche empañadas, arrancamos y nos dejan en el
barrio, y Lau y yo vamos a su casa porque aún eran las 22 de la noche.
En casa de Lau vimos los episodios de Doctor Who, The impossible astronaut, The day of the
moon y The wife of the Doctor,
saltándose el especial de Navidad y The
curse of the black spot, pero bueno, Lau quería ver parte de la trama. A la
una y media de la mañana llego a casa, me meto en la cama calentita y mullidita
y me dormí.
De verdad, menudo día genial. Se merece un pedazo de
aplauso a lo Mónica Naranjo.
Que los dioses os guíen, lectores y que el Doctor os guíe
en el tiempo y en el espacio.
29 de nov. 2013
Día 699: La invasión de los cigarrillos electrónicos
Hoy comenzaré
mi redacción antes del despertar. Recuerdo aún mi sueño. Estaba en la casa de
encima de la de mi abuela en Sant Feliu, pero la calle de mi abuela no tenía manzana
de arriba, sino que se convertía en la plaza de la Vila de Hospitalet y de repente,
estaba en un balcón modernista del edificio de delante, formaba parte de un
grupo espía que estaba espiando algo (no sé qué, solo tenía consciencia de ser espía),
bajaba del balcón usando mi “earthbending” en castellano “maestría de la tierra”
(cutres traducciones, THIS IS ONE OF THEM!), hasta la plaza donde me esperaba
un grupo de gente que me odian (de cuyos nombres no quiero acordarme) y me
perseguían por las esquinas mientras yo corría. Me he levantado sudando, de
angustia y miedo y no recordaba la última vez que me despertaba sudando con el
frío polar islándico que ha llegado de repente. Desayuno y me pongo a ver Cómo
conocí a vuestra madre. En mi casa, para variar no hay naaada para desayunar
más que cereales que ya han dejado de gustarme y mi padre cree que aún me
gustan(QUIERO BOLAS DE CHOCOLATE, NO ESTRELLITAS) y aunque hubieran cereales,
no me apetece porque tendría que calentar la leche y eso, sea la hora que sea,
me da mucho palo. Me diréis, ¿y tu microondas? NO TENGO, VALE? NO METÁIS MÁS EL
DEDO EN LA LLAGA. Es una larga historia que como dicen en La historia
interminable, “debe de ser contada en otro momento”. He desayunado pan de hace
dos días con queso en dudoso estado de caducidad y he bajado corriendo porque
ya llegaba tarde al patio de Laura. Cinco grados. CINCO MALDITOS GRADOS.
Maldito frío. Me ha estado otra vez contando las cosas que tenía que hacer, en
este caso el trabajo oral sobre Kensington palace, la residencia de la familia
real después de Whitehall. Y de ahí ha salido el nombre de la entrada de hoy. En la plaza de mi antiguo instituto (Good Lord, ¿quién me iba a decir a mí que algún día iba a ser "mi antiguo"?) han abierto una tienda de cigarrillos electrónicos. Últimamente los cigarrillos electrónicos están invadiendo el mundo, cerrando todas las tiendas y pequeños comercios, ganándose una presencia en las calles más concurridas de los barrios, en sitios por los que pasa muchísima gente, en las paradas de metro, en centros comerciales y hasta hay tiendas de cigarrillos electrónicos en las tiendas de perfumerías. Y si nos ponemos a pensar en qué invasión comercial hubo antes de los cigarrillos electrónicos son los chicos. Los bazares chinos invadieron el mundo antes que los cigarrillos y ahora, han habido informes sobre incluso chinos que han cerrado y han puesto cigarrillos electrónicos. Son como los árabes para los visigodos después de los romanos. Se invaden los unos a los otros, formando constantes reocupaciones de los locales. En fin. Que van a invadir el mundo. Hasta que los ilegalicen y tengan que cerrar y sean invadidos por otro comercio distinto.
Y corriendo otra vez a la travesía del Ferrocarril,
con calor, quitándome las capas de abrigo. Hoy he descubierto dónde están los
enchufes del ferrocarril. Siempre me molestaba mucho ver anuncios de “Enchúfate”
y no ver los enchufes. Ahora ya sé dónde están! MUAJAJAJAJA. Estaba saliendo
del metro y he ido corriendo a por Cintia y Aila que subían las escaleras y
hemos llegado a clase. Aún quedaban un rato y aún así el de Epigrafía ha
llegado tarde. Hemos estado corrigiendo las inscripciones que nos puso y bueno,
yo iba a salir pero otra vez que me han quitado el sitio. La zorrita de cuyo
nombre tampoco quiero acordarme se ha levantado antes que yo y ha corrido más
que yo para llegar a la pizarra. A todo esto, el profe enfermo y resfriado, sin
voz, explicándonos las tumbas colectivas de la Antigua Roma. Después de eso ha
llegado Metodología. Después del caos que tenía ayer en la cabeza, nos ha repartido
un ejercicio con el dibujo de los niveles de una muralla y ha sido un: Venga,
hacedlo. Me encanta porque no lo ha explicado y pretende que lo hagamos sin
tener ni mínima idea. Total, el resultado de la clase ha sido estresarme con
mis propios pensamientos, luego discutir con Alba sobre la anterioridad y
posterioridad de los distintos niveles y cuando le preguntabas algo al profe se
te pone: a ti cuando te dicen que uno es un plasta, ya crees que es un plasta
pero si luego le conoces y luego resulta no ser un plasta, eso es descubrir
niveles estratigráficos arqueológicos en este ejercicio o como jugar a las
cartas sin haber contado que son 48 y que luego resulte que te falta el as de
picas. Claro, no entiendo una mierda. Total, que lo he hecho mal con una crisis
de “Qué estoy haciendo yo en esta carrera” consolándome tristemente con un “Bueno,
arqueología no es solo esto” y hala, que sea lo que Harris quiera. Supongo y
espero sinceramente que alguien me lo explique o que él lo explique en algún
momento. Además, el ejercicio tiene nombre y supongo que tendrá puntuación,
pero bueno. Me queda pensar en la otra parte de la asignatura con el otro
profesor que se me da mejor. En fin.
Hemos salido diez minutos antes y nos hemos ido. Cuando nos íbamos a separar, va Cintia y me dice: "¿No tienes abrigo?" y yo: "Sí, tengo que comprarme uno". Y va Cintia y me responde: "Claro, porque de tu talla no creo que haya". TOOOOOOOOOOOOOMA. Ya sé que no iba para faltar, pero bueno, jajajajaja. Pobrecita se cree que me he enfadado de verdad. Total, que me subo al bus y había un par de hispters que no dejaban de mirarme y susurrarse el uno al otro y reírse mirándome. ¿Qué me criticas? Tú que eres un hipster on una clapa de monje, barba poblada de filósofo griego, bigote de icono hipster, abrigo de Edward Cullen abierto, camiseta con más escote que un trikini, pantalones cortos de pana, calcetines azul chillón que les llegaba por las rodillas, zapatos yayo con flecos que parecían las borlas de una cortina... En fin. Con la política de querer ampliar las redes de buses de Barna han puesto el V3 en la zona franca y resulta que han movido la parada de la Iglesia Cristiana China (Ronda de Dalt) para que sea más fácil "hacer un transbordo" entre el H12 y el V3 y lo han puesto en el semáforo. A ese semáforo a mí me gusta llamarlo "semáforo eterno" porque tarda más de diez minutos en cambiar de color. Y ahora sólo falta añadirle un bus cargando y descargando humanoides. Total, que me bajo y llego al Nostrum que maravillosamente estaba vacío y he comprado mi comidita rica. Por el camino me encuentro con Laura y hemos ido juntos a teatro que el señor que abre y cierra el centro cultural llamado director tenía que irse a comer y nos ha dejado aquí encerrados. Y comienza a llegar la gente como media hora más tarde. Ensayando, ensayando llegó unade las madres que nos están haciendo los vestidos para la obra y le pide a Laura que sipuede ir a buscarle una cosa que tiene en su casa y luego llevarla hadta la cada la casa de otra de las madres y sí, allí nos veis a ambos. Yendo a través del barrio y del frío y después vuelta a casa de Laura dónde desde allí hemos ido al Fram Via 2 porque hoy en una tienda del centro comercial celebraban el Black Friday y estaba todo a mitad de precio y una vez lo ha comprado todo nos hemos ido a casa a ver Cómo conocí a vuestra madre durante la cual me he quedado dormido y después la crna y a dormir pronto que mañana nos espera una convención de Doctor Who!
Que los dioses os guíen, lectores, si es que existís y qur Cronos no sea demasiado timey wimey wibbly wobbly.
Que los dioses os guíen, lectores, si es que existís y qur Cronos no sea demasiado timey wimey wibbly wobbly.
28 de nov. 2013
Día 698: ¿Qué estoy viendo ahora mismo?
Hoy me he levantado feliz. Feliz por que me levantaba a las nueve, tres horas más tarde que de lo normal. Feliz porque he podido desayunar cualquier cosa viendo Cómo conocí a vuestra madre en mi habitación. Hasta me ha dado igual no tener leche para desayunar porque estaba fría y me daba palo calentarla. He decidido coger zumo, ¡y hala! ¡A la aventura! Me he hecho la mochila y hala, a la aventura por segunda vez en la fría calle. Por suerte ayer acabé encontrando la bufanda y un gorro que me compré el año pasado y he podido vencer a mi actual enemigo, el maldito frío. He salido de casa, corriendo porque llegaba tarde al patio de Laura porque salgo de casa a las 10 y su patio es a esa hora y sólo tiene 20 minutos de patio. Y bueno, me ha estado relatando toooodo su examen de castellano. Es como un revival de Bachillerato. Terrrrible. He corrido hasta el Ferrocarril y como siempre, me he puesto al final de la estación para sentarme al final del vagón y poderme sentar. Cuánta gente más estúpida hay por el mundo que me miraban mal por ser joven y sentarme. Pues sentáos vosotros, no te jode. En fin, después de ser arrastrado en el transbordo entre el Ferrocarril y el Metro por la marea humana de gente corriendo para trabajar y estudiar me he metido en el metro tras esperar unos tres minutos.
Llego a la Uni, después del viaje de metro escuchando mi lista de canciones. Me he propuesto un reto: escuchar alfabéticamente todas mis canciones del reproductor porque tengo la teoría de que aunque las tengo en el móvil margino a la mayoría pasándolas porque no me apetece, pues me he dicho: ya está, las escucho todas me apetezca o no. Para no mostrar favoritismos. Llego a clase cuando quedaban diez minutos y me he puesto a jugar al Whodle almacenado en alguna web bendita y ha llegado el de Epigrafía con su corbata de estropajo y su tupé a explicarnos las inscripciones votivas y religiosas, que me ha interesado mucho porque la semana pasada me dio una inscripción para hacer el trabajo que resulta ser votiva de culto solar, es decir de cronologías tardanas. Dios, me acabo de dar cuenta de que he dejado de hablar "persona normal" como dice mi profe de Metodología que ha venido después, con su bigote, su sonrisa y sus ojos achinados. Es genial este hombre. Nos ha repartido unas hojas y el Mister Praxis ha comenzado a filosofar con él y bueno, un jaleo de números (porque han numerado los estratos) y no entendía una mierda. Y me dolía la cabeza y nadie ha entendido una mierda. Y bueno, el Mister Praxis es un pesadísimo que va de listo y no deja de preguntar a los profes. Tengo escalofríos cada vez que oigo un "Doctor/a, ¿pero...?". O sino la otra estúpida que comienza con un "Potser dic una pregunta una miqueta tonta, però...?". SI ES TONTA PARA QUÉ LA PREGUNTAS, ALMA DE DIOS? En fin. Fauna arqueológica de la facultad. Después de la uni, corriendo al metro a buscar a Laura y después de dejarla en casa, comer con la calma viendo Friends me he puesto a ver Como conocí a vuestra madre, que no sé si lo comentaría ayer pero estoy viéndola cronológicamente porque siempre la he visto en modo zapping y me he decidido a seguirla toda seguida y en orden. Llegaron las 5 y corriendo a inglés a repasar el examen para los no-tan-peques. Han comenzado a hacerse la butifarra los unos a los otros y le digo a una niña de cuyo nombre no quiero acordarme: Para ya de hacer eso o te mando a la clase de al lado, que eso no se hace. Y la niña, me he girado y seguía haciéndoselo a sus compañeros. Me he cansado y he ido hacia la puerta y le he dicho: venga, va, a la clase de al lado. La niña se ha echado a llorar y mientras lloraba los demás han comenzado: Ya está, ya está llorando para que no le eche. Siempre funciona". Y sí, siempre funciona. No puedo arrastrar a la niña llorando a la clase de al lado porque me sentiría la peor persona del mundo. Y me conocen y no sé qué hacer, ya se lo comentaré a los de dirección. Después de ese problema, he ignorado que lloraba he seguido la clase y la niña ha dejado de llorar y se ha puesto a participar sonriendo. Son unos pequeños diablillos, yo prefiero llamarlos mis adolescentes sin hormonas, porque en eso, son peores que los adolescentes. Después de clase, Laura me ha llamado diciéndome que sus padres se iban al cine y que si quería ir a su casa a cenar y a ver Tu Cara me suena. He decidido que haría eso, he ido a por el portátil para hacer las inscripciones de Epigrafía del día siguiente y he dejado una nota a mis padres diciendo que no iría a cenar. Total, que llevo sin ver a mis padres desde anoche (escribo esta nota al día siguiente por falta de tiempo). Después de cenar un bocadillo de queso con patatas fritas ofrecido con mucho amor por Laura ha comenzado Tu Cara me suena. Era una escena idílica que espero repetir muchísimas veces en mi vida. Manta, tele, frío y Laura a mi lado. Envejecer así es una opción a tener en cuenta y a valorar. Te quiero. La gala de hoy de Tu cara me suena ha sido un: "Qué coño estoy viendo?" y cada vez que salía alguien del "fusionador" era un "DIOS, DIOS, DIOS" mío. Llum de Kesha, Arturo Valls de Miley Cyrus, Santi de la Terremoto y Edurne de Carmen Sevilla. La triste actuación de Melody como Rickie Martin y la más patética y continua intervención de Marta Sánchez, que me sobra en ese programa. Podría largarse y Carolina Cerezuela podría volver. En fin, después de despedirme de Laura he llegado a la una de la mañana a casa, recorriendo las calles frías y oscuras y solitarias de mi barrio y a la cama directo.
Que los dioses del Olimpo y de Asgard os acompañen, lectores.
Llego a la Uni, después del viaje de metro escuchando mi lista de canciones. Me he propuesto un reto: escuchar alfabéticamente todas mis canciones del reproductor porque tengo la teoría de que aunque las tengo en el móvil margino a la mayoría pasándolas porque no me apetece, pues me he dicho: ya está, las escucho todas me apetezca o no. Para no mostrar favoritismos. Llego a clase cuando quedaban diez minutos y me he puesto a jugar al Whodle almacenado en alguna web bendita y ha llegado el de Epigrafía con su corbata de estropajo y su tupé a explicarnos las inscripciones votivas y religiosas, que me ha interesado mucho porque la semana pasada me dio una inscripción para hacer el trabajo que resulta ser votiva de culto solar, es decir de cronologías tardanas. Dios, me acabo de dar cuenta de que he dejado de hablar "persona normal" como dice mi profe de Metodología que ha venido después, con su bigote, su sonrisa y sus ojos achinados. Es genial este hombre. Nos ha repartido unas hojas y el Mister Praxis ha comenzado a filosofar con él y bueno, un jaleo de números (porque han numerado los estratos) y no entendía una mierda. Y me dolía la cabeza y nadie ha entendido una mierda. Y bueno, el Mister Praxis es un pesadísimo que va de listo y no deja de preguntar a los profes. Tengo escalofríos cada vez que oigo un "Doctor/a, ¿pero...?". O sino la otra estúpida que comienza con un "Potser dic una pregunta una miqueta tonta, però...?". SI ES TONTA PARA QUÉ LA PREGUNTAS, ALMA DE DIOS? En fin. Fauna arqueológica de la facultad. Después de la uni, corriendo al metro a buscar a Laura y después de dejarla en casa, comer con la calma viendo Friends me he puesto a ver Como conocí a vuestra madre, que no sé si lo comentaría ayer pero estoy viéndola cronológicamente porque siempre la he visto en modo zapping y me he decidido a seguirla toda seguida y en orden. Llegaron las 5 y corriendo a inglés a repasar el examen para los no-tan-peques. Han comenzado a hacerse la butifarra los unos a los otros y le digo a una niña de cuyo nombre no quiero acordarme: Para ya de hacer eso o te mando a la clase de al lado, que eso no se hace. Y la niña, me he girado y seguía haciéndoselo a sus compañeros. Me he cansado y he ido hacia la puerta y le he dicho: venga, va, a la clase de al lado. La niña se ha echado a llorar y mientras lloraba los demás han comenzado: Ya está, ya está llorando para que no le eche. Siempre funciona". Y sí, siempre funciona. No puedo arrastrar a la niña llorando a la clase de al lado porque me sentiría la peor persona del mundo. Y me conocen y no sé qué hacer, ya se lo comentaré a los de dirección. Después de ese problema, he ignorado que lloraba he seguido la clase y la niña ha dejado de llorar y se ha puesto a participar sonriendo. Son unos pequeños diablillos, yo prefiero llamarlos mis adolescentes sin hormonas, porque en eso, son peores que los adolescentes. Después de clase, Laura me ha llamado diciéndome que sus padres se iban al cine y que si quería ir a su casa a cenar y a ver Tu Cara me suena. He decidido que haría eso, he ido a por el portátil para hacer las inscripciones de Epigrafía del día siguiente y he dejado una nota a mis padres diciendo que no iría a cenar. Total, que llevo sin ver a mis padres desde anoche (escribo esta nota al día siguiente por falta de tiempo). Después de cenar un bocadillo de queso con patatas fritas ofrecido con mucho amor por Laura ha comenzado Tu Cara me suena. Era una escena idílica que espero repetir muchísimas veces en mi vida. Manta, tele, frío y Laura a mi lado. Envejecer así es una opción a tener en cuenta y a valorar. Te quiero. La gala de hoy de Tu cara me suena ha sido un: "Qué coño estoy viendo?" y cada vez que salía alguien del "fusionador" era un "DIOS, DIOS, DIOS" mío. Llum de Kesha, Arturo Valls de Miley Cyrus, Santi de la Terremoto y Edurne de Carmen Sevilla. La triste actuación de Melody como Rickie Martin y la más patética y continua intervención de Marta Sánchez, que me sobra en ese programa. Podría largarse y Carolina Cerezuela podría volver. En fin, después de despedirme de Laura he llegado a la una de la mañana a casa, recorriendo las calles frías y oscuras y solitarias de mi barrio y a la cama directo.
Que los dioses del Olimpo y de Asgard os acompañen, lectores.
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