Hoy me he levantado feliz. Feliz por que me levantaba a las nueve, tres horas más tarde que de lo normal. Feliz porque he podido desayunar cualquier cosa viendo Cómo conocí a vuestra madre en mi habitación. Hasta me ha dado igual no tener leche para desayunar porque estaba fría y me daba palo calentarla. He decidido coger zumo, ¡y hala! ¡A la aventura! Me he hecho la mochila y hala, a la aventura por segunda vez en la fría calle. Por suerte ayer acabé encontrando la bufanda y un gorro que me compré el año pasado y he podido vencer a mi actual enemigo, el maldito frío. He salido de casa, corriendo porque llegaba tarde al patio de Laura porque salgo de casa a las 10 y su patio es a esa hora y sólo tiene 20 minutos de patio. Y bueno, me ha estado relatando toooodo su examen de castellano. Es como un revival de Bachillerato. Terrrrible. He corrido hasta el Ferrocarril y como siempre, me he puesto al final de la estación para sentarme al final del vagón y poderme sentar. Cuánta gente más estúpida hay por el mundo que me miraban mal por ser joven y sentarme. Pues sentáos vosotros, no te jode. En fin, después de ser arrastrado en el transbordo entre el Ferrocarril y el Metro por la marea humana de gente corriendo para trabajar y estudiar me he metido en el metro tras esperar unos tres minutos.
Llego a la Uni, después del viaje de metro escuchando mi lista de canciones. Me he propuesto un reto: escuchar alfabéticamente todas mis canciones del reproductor porque tengo la teoría de que aunque las tengo en el móvil margino a la mayoría pasándolas porque no me apetece, pues me he dicho: ya está, las escucho todas me apetezca o no. Para no mostrar favoritismos. Llego a clase cuando quedaban diez minutos y me he puesto a jugar al Whodle almacenado en alguna web bendita y ha llegado el de Epigrafía con su corbata de estropajo y su tupé a explicarnos las inscripciones votivas y religiosas, que me ha interesado mucho porque la semana pasada me dio una inscripción para hacer el trabajo que resulta ser votiva de culto solar, es decir de cronologías tardanas. Dios, me acabo de dar cuenta de que he dejado de hablar "persona normal" como dice mi profe de Metodología que ha venido después, con su bigote, su sonrisa y sus ojos achinados. Es genial este hombre. Nos ha repartido unas hojas y el Mister Praxis ha comenzado a filosofar con él y bueno, un jaleo de números (porque han numerado los estratos) y no entendía una mierda. Y me dolía la cabeza y nadie ha entendido una mierda. Y bueno, el Mister Praxis es un pesadísimo que va de listo y no deja de preguntar a los profes. Tengo escalofríos cada vez que oigo un "Doctor/a, ¿pero...?". O sino la otra estúpida que comienza con un "Potser dic una pregunta una miqueta tonta, però...?". SI ES TONTA PARA QUÉ LA PREGUNTAS, ALMA DE DIOS? En fin. Fauna arqueológica de la facultad. Después de la uni, corriendo al metro a buscar a Laura y después de dejarla en casa, comer con la calma viendo Friends me he puesto a ver Como conocí a vuestra madre, que no sé si lo comentaría ayer pero estoy viéndola cronológicamente porque siempre la he visto en modo zapping y me he decidido a seguirla toda seguida y en orden. Llegaron las 5 y corriendo a inglés a repasar el examen para los no-tan-peques. Han comenzado a hacerse la butifarra los unos a los otros y le digo a una niña de cuyo nombre no quiero acordarme: Para ya de hacer eso o te mando a la clase de al lado, que eso no se hace. Y la niña, me he girado y seguía haciéndoselo a sus compañeros. Me he cansado y he ido hacia la puerta y le he dicho: venga, va, a la clase de al lado. La niña se ha echado a llorar y mientras lloraba los demás han comenzado: Ya está, ya está llorando para que no le eche. Siempre funciona". Y sí, siempre funciona. No puedo arrastrar a la niña llorando a la clase de al lado porque me sentiría la peor persona del mundo. Y me conocen y no sé qué hacer, ya se lo comentaré a los de dirección. Después de ese problema, he ignorado que lloraba he seguido la clase y la niña ha dejado de llorar y se ha puesto a participar sonriendo. Son unos pequeños diablillos, yo prefiero llamarlos mis adolescentes sin hormonas, porque en eso, son peores que los adolescentes. Después de clase, Laura me ha llamado diciéndome que sus padres se iban al cine y que si quería ir a su casa a cenar y a ver Tu Cara me suena. He decidido que haría eso, he ido a por el portátil para hacer las inscripciones de Epigrafía del día siguiente y he dejado una nota a mis padres diciendo que no iría a cenar. Total, que llevo sin ver a mis padres desde anoche (escribo esta nota al día siguiente por falta de tiempo). Después de cenar un bocadillo de queso con patatas fritas ofrecido con mucho amor por Laura ha comenzado Tu Cara me suena. Era una escena idílica que espero repetir muchísimas veces en mi vida. Manta, tele, frío y Laura a mi lado. Envejecer así es una opción a tener en cuenta y a valorar. Te quiero. La gala de hoy de Tu cara me suena ha sido un: "Qué coño estoy viendo?" y cada vez que salía alguien del "fusionador" era un "DIOS, DIOS, DIOS" mío. Llum de Kesha, Arturo Valls de Miley Cyrus, Santi de la Terremoto y Edurne de Carmen Sevilla. La triste actuación de Melody como Rickie Martin y la más patética y continua intervención de Marta Sánchez, que me sobra en ese programa. Podría largarse y Carolina Cerezuela podría volver. En fin, después de despedirme de Laura he llegado a la una de la mañana a casa, recorriendo las calles frías y oscuras y solitarias de mi barrio y a la cama directo.
Que los dioses del Olimpo y de Asgard os acompañen, lectores.
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