30 de nov. 2013

Día 700: Este día se merece un aplauso a lo Mónica Naranjo

Siete y media de la mañana y me despierto de golpe, sin pesar ni con cansancio. Era una hora más de lo que me despertaba cada día por lo que no me costaba y me aliviaba una hora de sueño. Me despierto y mientras desayuno pensando en el largo día que me esperaba, me habla Laura (aclaración: a partir de ahora cuando hablé de mi amiga Laura escribiré Laura y cuando hable de mi novia, será Lau, que es como le gusta que le llamen) comentándome que estuvo viendo los últimos episodios de Doctor Who. ¿Qué por qué me dice eso a esas horas? Porque había quedado con ella, Lau, Hermann, Carlos, Vanesa y Alba para ir a una convención de Doctor Who en un hotel de Les Corts. Mientras Laura me enviaba Whatsapps yo intentaba desayunar y vestirme no dejaba de preguntarme qué estaría haciendo Lau que no me hablaba ni me daba los buenos días. Nosotros dos habíamos quedado a las ocho porque con los demás habíamos quedado a las ocho y cuarto. Total, que eran las ocho y salgo mientras llamo a Lau, creyendo que no me habría dicho nada porque estaría demasiado ocupada. La verdad era que la pobrecita estaba durmiendo aún y me ha tocado esperar un cuarto de hora en la fría calle. Dios, qué frío hacía. Hasta que ha bajado y hemos ido a toda prisa a la parada del ferrocarril, donde nos estarían esperando los demás. ¿La triste verdad? Sólo estaba Hermann. Ni Laura ni Carlos. Llamó a Laura y me dice que estaba bajando de su casa, que se había entretenido y Carlos no me respondía y su última conexión había sido a las dos de la mañana. Total, que como no respondía, supuse que se habría dormido y habíamos quedado con Alba y Vanesa a las 9,15-9,30 en la parada de Les Corts, y llegábamos tarde. Mientras estábamos de metro en metro, haciendo transbordo y otras cosas típicas del transporte urbano de Barcelona, recibo Whatsapps de Carlos diciéndome que se acababa de despertar y que se acercaría al hotel en coche, que le dijera la dirección y, ni siquiera yo sabía la dirección, sólo suponía que me sabría orientar por el mapa de Google que había mirado el día anterior en el móvil, porque no sé si lo he comentado pero no tengo internet en casa. (A día de hoy, domingo, sigo sin tener). Salimos del andén y llegamos al vestíbulo de la estación de metro, donde de pie esperamos a los demás para llegar, quedaba un cuarto de hora. Mientras estábamos allí veíamos gente friki, disfrazada y con cosas de Doctor Who llegar a la parada. Y en esto, mientras hablábamos de Doctor Who se nos acerca un chaval con las típicas y estereotípicas pintas de friki que vive en el sótano de casa de su madre y que trabaja en la informática o ha estudiado alguna otra ciencia como física o astronomía y seguirá soltero hasta los noventa, edad en la que por su fortuna vendrá alguna joven con la que se casará dos años antes de su muerte, dos años en los que no verá a su joven mujer con un extraño apego a los jardineros jóvenes y latinos. Total, el chico se nos acerca y saca el destornillador sónico de Tennant, lo enciende y nos apunta con él y se va sin comentar nada más ante nuestra atónita mirada. Ante la espera, decidimos sentarnos en el vestíbulo y al cabo del rato llega Alba y su amigo disfrazado de Décimo doctor. Vanessa nos dice que va directamente al hotel. Salimos de la estación y contemplamos un parque cercano a la salida, un grupo de whovians disfrazados se hacen fotos con sus disfraces. Ah, cómo me recordó ese momento al Salón del manga, aunque en el salón no hubiera gente disfrazada de Doctor Who. Llegamos al hotel, bastante cercano a la parada y nos metemos a recerco del frío en el vestíbulo del hotel, lleno de gente esperando a que abrieran las puertas de las salas principales. Había una tienda pero sólo había camisetas de otras sagas de ciencia ficción y no me interesaba. Entramos en una sala de proyecciones y vemos el corto que el amigo de Carlos ha dirigido, tras la triunfante llegada de Carlos mientras esperábamos en el pasillo del vestíbulo y la inesperada llegada de Vanesa mientras estamos sentados viendo un montón de actores de la serie tanto clásica como actual saludando a los fans españoles, entre los que estaban el abuelo de Donna, Gwen Cooper de Torchwood, antiguas acompañantes del Doctor, los Doctores Quinto, Sexto y Séptimo. El corto, genial. Me encantó. Aunque había un par de personajes que no se parecían para nada al original, pero tiene una puntuación de 9,75 para mí. Después del corto se suponía que íbamos a otras conferencias, a dar una vuelta por los stands de Doctor Who que estarían en otra sala y talleres, pero fue salir de la sala y entrar en la contigua y llenarse de gente, tanta gente que apenas cabíamos en la sala y una sensación de claustrofobia nos dio a todos y un hambre por el desayuno que decidimos salir de la convención (tras comprar yo un póster sobre el Undécimo Doctor que me faltaba) a por un café en algún lado cercano y encontramos una panadería y pedimos cafés. Yo decido pedir un croissant y de repente nos damos cuenta del caro precio que costaba todo. Cómo se nota que estábamos en Barcelona… Tras eso, Vanesa y su amiga Laura se van a estudiar y nosotros decidimos ir en busca de un libro de Laura en librerías de segunda mano: la primera cerca de Hospital Clínic en el Eixample, a la que vamos en un bus que tardó la vida en llegar a la parada en la que esperábamos. Librería de segunda mano en la que encuentro un libro que llevo mucho tiempo buscando sólo por tres euros. Una oferta increíble, pero aún así los libros eran todos demasiado viejos, libros que no me gustan y a los que soy alérgico, o eso me dijeron la primera vez que me analicé las alergias. Después de eso, vamos a la segunda librería pues Laura no había encontrado el libro y Alba y su amigo deciden irse a su barrio. Vamos Lau, Laura, Carlos y yo hacia la segunda librería de la misma cadena que estaba situada en una calle por la que paso cada día para ir a clase y que nunca había visto, y eso me extrañaba. Usando Google Maps busco un bus para ir allí y resulta que llegamos tarde al primer bus que encuentro y había que esperar un cuarto de hora y en el segundo bus que encuentro en una parada cercana también había que esperar otro cuarto de hora y decidimos ir andando en vez de esperar tanto, pues estaba a un par de manzanas de allí. Pero las manzanas son del Eixample y son más largas de lo normal. Total, que llegamos a la librería y vemos que está abierta, pero sin cartel y sin escaparate. Estaban montándolo todo pero no habían abierto. Pero aún así la dependienta era simpática y nos deja entrar y le pregunta a Laura qué libro busca y tras decirle que no le tenía, lo deja apuntado por si lo encuentra. Abrirán próximamente y algo me da que no será la última vez que entre.
Después de eso decidimos ir al Nostrum de Rambla a comer en la terraza. Sí, comimos en una terraza el último día de noviembre. Sin las estufas de la terraza encendidas. Nos quedamos tan fríos que necesitamos dar un paseo hasta Tallers donde tras dar una vuelt nos subimos al bus para volver al barrio. En la parada del barrio, donde nos deja el bus, Laura se despide de Lau y de mí y Carlos se espera hasta la llegada del bus que nos llevará a Lau y a mí a Viladecans. Mirando los carteles de la parada y Lau hablando con Carlos no nos damos cuenta de que el bus que íbamos a coger, había llegado a la parida y nos subimos corriendo, despidiéndonos de Carlos a duras penas. Llegamos a Viladecans tras un buen rato en el bus y nos bajamos en una fría avenida. Esperando a los primos de Lau, hacemos el tonto en las calles de Viladecans, frías y ventosas, imitando a Tu Cara Me Suena y cantando I was born this way de Lady Gaga. A Lau se le pegó el “My mama told me when I was young: Baby, you’re a superstar”. Pero no le digáis que he admitido que esa era la frase buena. Tras esperar veinte minutos o así, llega Andrés en su coche con su novia María y su hermana Silvia. Nos subimos al coche y vamos a la bolera de Barnasud donde pagamos un par de partidas. Me dolía la mano con la bola de 11 azul que era mi favorita, pero yo la seguía tirando. Aún así, cuando cojo la roja de 10 resultó que hice un pleno, el único pleno durante la primera partida y aunque no quedé primero, quedé por encima de Lau, cumpliendo el pique que teníamos ella y yo. En la segunda partida, digamos que no fue mi mejor partida. Si conseguí tirar diez bolos fue un milagro. Quizá fuera porque me dolía cada vez más la mano mientras que Andrés ganaba la partida picándose con Silvia y ayudando a tirar los bolos con Maria mientras Lau nos grababa para un video de Instagram que provocó la muerte de la batería de mi móvil y creíamos que mi móvil al apagarse habría asesinado el vídeo, pero bueno, al final del día veremos qué pasó en realidad. Después de la bolera, vamos a casa de Silvia, que la pobre tenía que estudiar y hacer el treball de recerca y Lau tenía que mear en su lavabo.
Volvemos al coche con Maria y Andrés que, como era pronto decidimos ir al Toys’a’Rus de Sant Boi, que yo de pequeño recordaba como enorme y el paraíso, pero en la realidad era más pequeño y sólo veía muñecos de dinosaurios y el muñeco de un gran tiranosaurio al que llamé Paco y del que me encariñé, que nunca pude llevarme porque costaba 26 euros. Y después decidimos ir al McDonald’s de Sant Boi , en el que vi que regalaban con el Happy Meal una tortuga a la que decidí llamar Paco II, pero por falta de mesas decidimos coger el coche e ir al McDonald’s de Viladecans y Andrés, llegando al restaurante se equivocó de carril y nos metimos en el McAuto y ya de paso, pedimos el menú y comimos dentro del coche aparcados en un polígono, estando calentitos dentro del coche. Con las lunas del coche empañadas, arrancamos y nos dejan en el barrio, y Lau y yo vamos a su casa porque aún eran las 22 de la noche.
En casa de Lau vimos los episodios de Doctor Who, The impossible astronaut, The day of the moon y The wife of the Doctor, saltándose el especial de Navidad y The curse of the black spot, pero bueno, Lau quería ver parte de la trama. A la una y media de la mañana llego a casa, me meto en la cama calentita y mullidita y me dormí.
De verdad, menudo día genial. Se merece un pedazo de aplauso a lo Mónica Naranjo.
Que los dioses os guíen, lectores y que el Doctor os guíe en el tiempo y en el espacio.

29 de nov. 2013

Día 699: La invasión de los cigarrillos electrónicos

Hoy comenzaré mi redacción antes del despertar. Recuerdo aún mi sueño. Estaba en la casa de encima de la de mi abuela en Sant Feliu, pero la calle de mi abuela no tenía manzana de arriba, sino que se convertía en la plaza de la Vila de Hospitalet y de repente, estaba en un balcón modernista del edificio de delante, formaba parte de un grupo espía que estaba espiando algo (no sé qué, solo tenía consciencia de ser espía), bajaba del balcón usando mi “earthbending” en castellano “maestría de la tierra” (cutres traducciones, THIS IS ONE OF THEM!), hasta la plaza donde me esperaba un grupo de gente que me odian (de cuyos nombres no quiero acordarme) y me perseguían por las esquinas mientras yo corría. Me he levantado sudando, de angustia y miedo y no recordaba la última vez que me despertaba sudando con el frío polar islándico que ha llegado de repente. Desayuno y me pongo a ver Cómo conocí a vuestra madre. En mi casa, para variar no hay naaada para desayunar más que cereales que ya han dejado de gustarme y mi padre cree que aún me gustan(QUIERO BOLAS DE CHOCOLATE, NO ESTRELLITAS) y aunque hubieran cereales, no me apetece porque tendría que calentar la leche y eso, sea la hora que sea, me da mucho palo. Me diréis, ¿y tu microondas? NO TENGO, VALE? NO METÁIS MÁS EL DEDO EN LA LLAGA. Es una larga historia que como dicen en La historia interminable, “debe de ser contada en otro momento”. He desayunado pan de hace dos días con queso en dudoso estado de caducidad y he bajado corriendo porque ya llegaba tarde al patio de Laura. Cinco grados. CINCO MALDITOS GRADOS. Maldito frío. Me ha estado otra vez contando las cosas que tenía que hacer, en este caso el trabajo oral sobre Kensington palace, la residencia de la familia real después de Whitehall. Y de ahí ha salido el nombre de la entrada de hoy. En la plaza de mi antiguo instituto (Good Lord, ¿quién me iba a decir a mí que algún día iba a ser "mi antiguo"?) han abierto una tienda de cigarrillos electrónicos. Últimamente los cigarrillos electrónicos están invadiendo el mundo, cerrando todas las tiendas y pequeños comercios, ganándose una presencia en las calles más concurridas de los barrios, en sitios por los que pasa muchísima gente, en las paradas de metro, en centros comerciales y hasta hay tiendas de cigarrillos electrónicos en las tiendas de perfumerías. Y si nos ponemos a pensar en qué invasión comercial hubo antes de los cigarrillos electrónicos son los chicos. Los bazares chinos invadieron el mundo antes que los cigarrillos y ahora, han habido informes sobre incluso chinos que han cerrado y han puesto cigarrillos electrónicos. Son como los árabes para los visigodos después de los romanos. Se invaden los unos a los otros, formando constantes reocupaciones de los locales. En fin. Que van a invadir el mundo. Hasta que los ilegalicen y tengan que cerrar y sean invadidos por otro comercio distinto.
 Y corriendo otra vez a la travesía del Ferrocarril, con calor, quitándome las capas de abrigo. Hoy he descubierto dónde están los enchufes del ferrocarril. Siempre me molestaba mucho ver anuncios de “Enchúfate” y no ver los enchufes. Ahora ya sé dónde están! MUAJAJAJAJA. Estaba saliendo del metro y he ido corriendo a por Cintia y Aila que subían las escaleras y hemos llegado a clase. Aún quedaban un rato y aún así el de Epigrafía ha llegado tarde. Hemos estado corrigiendo las inscripciones que nos puso y bueno, yo iba a salir pero otra vez que me han quitado el sitio. La zorrita de cuyo nombre tampoco quiero acordarme se ha levantado antes que yo y ha corrido más que yo para llegar a la pizarra. A todo esto, el profe enfermo y resfriado, sin voz, explicándonos las tumbas colectivas de la Antigua Roma. Después de eso ha llegado Metodología. Después del caos que tenía ayer en la cabeza, nos ha repartido un ejercicio con el dibujo de los niveles de una muralla y ha sido un: Venga, hacedlo. Me encanta porque no lo ha explicado y pretende que lo hagamos sin tener ni mínima idea. Total, el resultado de la clase ha sido estresarme con mis propios pensamientos, luego discutir con Alba sobre la anterioridad y posterioridad de los distintos niveles y cuando le preguntabas algo al profe se te pone: a ti cuando te dicen que uno es un plasta, ya crees que es un plasta pero si luego le conoces y luego resulta no ser un plasta, eso es descubrir niveles estratigráficos arqueológicos en este ejercicio o como jugar a las cartas sin haber contado que son 48 y que luego resulte que te falta el as de picas. Claro, no entiendo una mierda. Total, que lo he hecho mal con una crisis de “Qué estoy haciendo yo en esta carrera” consolándome tristemente con un “Bueno, arqueología no es solo esto” y hala, que sea lo que Harris quiera. Supongo y espero sinceramente que alguien me lo explique o que él lo explique en algún momento. Además, el ejercicio tiene nombre y supongo que tendrá puntuación, pero bueno. Me queda pensar en la otra parte de la asignatura con el otro profesor que se me da mejor. En fin.
Hemos salido diez minutos antes y nos hemos ido. Cuando nos íbamos a separar, va Cintia y me dice: "¿No tienes abrigo?" y yo: "Sí, tengo que comprarme uno". Y va Cintia y me responde: "Claro, porque de tu talla no creo que haya". TOOOOOOOOOOOOOMA. Ya sé que no iba para faltar, pero bueno, jajajajaja. Pobrecita se cree que me he enfadado de verdad. Total, que me subo al bus y había un par de hispters que no dejaban de mirarme y susurrarse el uno al otro y reírse mirándome. ¿Qué me criticas? Tú que eres un hipster on una clapa de monje, barba poblada de filósofo griego, bigote de icono hipster, abrigo de Edward Cullen abierto, camiseta con más escote que un trikini, pantalones cortos de pana, calcetines azul chillón que les llegaba por las rodillas, zapatos yayo con flecos que parecían las borlas de una cortina... En fin. Con la política de querer ampliar las redes de buses de Barna han puesto el V3 en la zona franca y resulta que han movido la parada de la Iglesia Cristiana China (Ronda de Dalt) para que sea más fácil "hacer un transbordo" entre el H12 y el V3 y lo han puesto en el semáforo. A ese semáforo a mí me gusta llamarlo "semáforo eterno" porque tarda más de diez minutos en cambiar de color. Y ahora sólo falta añadirle un bus cargando y descargando humanoides. Total, que me bajo y llego al Nostrum que maravillosamente estaba vacío y he comprado mi comidita rica. Por el camino me encuentro con Laura y hemos ido juntos a teatro que el señor que abre y cierra el centro cultural llamado director tenía que irse a comer y nos ha dejado aquí encerrados. Y comienza a llegar la gente como media hora más tarde. Ensayando, ensayando llegó unade las madres que nos están haciendo los vestidos para la obra y le pide a Laura que sipuede ir a buscarle una cosa que tiene en su casa y luego llevarla hadta la cada la casa de otra de las madres y sí, allí nos veis a ambos. Yendo a través del barrio y del frío y después vuelta a casa de Laura dónde desde allí hemos ido al Fram Via 2 porque hoy en una tienda del centro comercial celebraban el Black Friday y estaba todo a mitad de precio y una vez lo ha comprado todo nos hemos ido a casa a ver Cómo conocí a vuestra madre durante la cual me he quedado dormido y después la crna y a dormir pronto que mañana nos espera una convención de Doctor Who! 
Que los dioses os guíen, lectores, si es que existís y qur Cronos no sea demasiado timey wimey wibbly wobbly.

28 de nov. 2013

Día 698: ¿Qué estoy viendo ahora mismo?

Hoy me he levantado feliz. Feliz por que me levantaba a las nueve, tres horas más tarde que de lo normal. Feliz porque he podido desayunar cualquier cosa viendo Cómo conocí a vuestra madre en mi habitación. Hasta me ha dado igual no tener leche para desayunar porque estaba fría y me daba palo calentarla. He decidido coger zumo, ¡y hala! ¡A la aventura! Me he hecho la mochila y hala, a la aventura por segunda vez en la fría calle. Por suerte ayer acabé encontrando la bufanda y un gorro que me compré el año pasado y he podido vencer a mi actual enemigo, el maldito frío. He salido de casa, corriendo porque llegaba tarde al patio de Laura porque salgo de casa a las 10 y su patio es a esa hora y sólo tiene 20 minutos de patio. Y bueno, me ha estado relatando toooodo su examen de castellano. Es como un revival de Bachillerato. Terrrrible. He corrido hasta el Ferrocarril y como siempre, me he puesto al final de la estación para sentarme al final del vagón y poderme sentar. Cuánta gente más estúpida hay por el mundo que me miraban mal por ser joven y sentarme. Pues sentáos vosotros, no te jode. En fin, después de ser arrastrado en el transbordo entre el Ferrocarril y el Metro por la marea humana de gente corriendo para trabajar y estudiar me he metido en el metro tras esperar unos tres minutos.
Llego a la Uni, después del viaje de metro escuchando mi lista de canciones. Me he propuesto un reto: escuchar alfabéticamente todas mis canciones del reproductor porque tengo la teoría de que aunque las tengo en el móvil margino a la mayoría pasándolas porque no me apetece, pues me he dicho: ya está, las escucho todas me apetezca o no. Para no mostrar favoritismos. Llego a clase cuando quedaban diez minutos y me he puesto a jugar al Whodle almacenado en alguna web bendita y ha llegado el de Epigrafía con su corbata de estropajo y su tupé a explicarnos las inscripciones votivas y religiosas, que me ha interesado mucho porque la semana pasada me dio una inscripción para hacer el trabajo que resulta ser votiva de culto solar, es decir de cronologías tardanas. Dios, me acabo de dar cuenta de que he dejado de hablar "persona normal" como dice mi profe de Metodología que ha venido después, con su bigote, su sonrisa y sus ojos achinados. Es genial este hombre. Nos ha repartido unas hojas y el Mister Praxis ha comenzado a filosofar con él y bueno, un jaleo de números (porque han numerado los estratos) y no entendía una mierda. Y me dolía la cabeza y nadie ha entendido una mierda. Y bueno, el Mister Praxis es un pesadísimo que va de listo y no deja de preguntar a los profes. Tengo escalofríos cada vez que oigo un "Doctor/a, ¿pero...?". O sino la otra estúpida que comienza con un "Potser dic una pregunta una miqueta tonta, però...?". SI ES TONTA PARA QUÉ LA PREGUNTAS, ALMA DE DIOS? En fin. Fauna arqueológica de la facultad. Después de la uni, corriendo al metro a buscar a Laura y después de dejarla en casa, comer con la calma viendo Friends me he puesto a ver Como conocí a vuestra madre, que no sé si lo comentaría ayer pero estoy viéndola cronológicamente porque siempre la he visto en modo zapping y me he decidido a seguirla toda seguida y en orden. Llegaron las 5 y corriendo a inglés a repasar el examen para los no-tan-peques. Han comenzado a hacerse la butifarra los unos a los otros y le digo a una niña de cuyo nombre no quiero acordarme: Para ya de hacer eso o te mando a la clase de al lado, que eso no se hace. Y la niña, me he girado y seguía haciéndoselo a sus compañeros. Me he cansado y he ido hacia la puerta y le he dicho: venga, va, a la clase de al lado. La niña se ha echado a llorar y mientras lloraba los demás han comenzado: Ya está, ya está llorando para que no le eche. Siempre funciona". Y sí, siempre funciona. No puedo arrastrar a la niña llorando a la clase de al lado porque me sentiría la peor persona del mundo. Y me conocen y no sé qué hacer, ya se lo comentaré a los de dirección. Después de ese problema, he ignorado que lloraba he seguido la clase y la niña ha dejado de llorar y se ha puesto a participar sonriendo. Son unos pequeños diablillos, yo prefiero llamarlos mis adolescentes sin hormonas, porque en eso, son peores que los adolescentes. Después de clase, Laura me ha llamado diciéndome que sus padres se iban al cine y que si quería ir a su casa a cenar y a ver Tu Cara me suena. He decidido que haría eso, he ido a por el portátil para hacer las inscripciones de Epigrafía del día siguiente y he dejado una nota a mis padres diciendo que no iría a cenar. Total, que llevo sin ver a mis padres desde anoche (escribo esta nota al día siguiente por falta de tiempo). Después de cenar un bocadillo de queso con patatas fritas ofrecido con mucho amor por Laura ha comenzado Tu Cara me suena. Era una escena idílica que espero repetir muchísimas veces en mi vida. Manta, tele, frío y Laura a mi lado. Envejecer así es una opción a tener en cuenta y a valorar. Te quiero. La gala de hoy de Tu cara me suena ha sido un: "Qué coño estoy viendo?" y cada vez que salía alguien del "fusionador" era un "DIOS, DIOS, DIOS" mío. Llum de Kesha, Arturo Valls de Miley Cyrus, Santi de la Terremoto y Edurne de Carmen Sevilla. La triste actuación de Melody como Rickie Martin y la más patética y continua intervención de Marta Sánchez, que me sobra en ese programa. Podría largarse y Carolina Cerezuela podría volver. En fin, después de despedirme de Laura he llegado a la una de la mañana a casa, recorriendo las calles frías y oscuras y solitarias de mi barrio y a la cama directo.
Que los dioses del Olimpo y de Asgard os acompañen, lectores.

27 de nov. 2013

Día 697: ¡Qué frío, la hostia!

Sí. Bueno. Aquí no ha pasado nada, ¿vale? Aquí no ha habido un vacío de casi un año, porque de repente me ha vuelto a apetecer escribir por aquí mi día a día, porque sí, porque es bonito ver cómo estudiaba para el TR, cómo iba a clase en Bachillerato y cómo comenzaba primero de carera el año pasado, fue muy guay. Y bueno, como bien se sabe, en época de exámenes, llega la hora de procrastinar con cualquier cosa y esto es también una nueva forma de hacerlo. Estoy en segundo, tengo curro: niños pequeños de 6 y 8 años berreando en la academia de inglés bajo mi tutela. Y bueno, comencemos.
Me he levantado un minuto antes de que sonara la alarma y eso me ha dado muchísima rabia porque parece que mi cuerpo lo haga a propósito, levantarme justo un minuto antes de que suene la alarma. Y yo, para vengarme, he puesto cinco minutos más la alarma y he dormido cinco minutos más. ¡Chúpate esa, cuerpo traidor! Me he levantado y me he enfrentado a ese temido momento del día (de hecho, para mí ese momento se repite cada vez que lo hago) que es mirarse delante del espejo para ver el estropicio que es mi aspecto después de dormir (y yo, mágicamente, lo sigo manteniendo durante todo el día) y bueno, ¿sabéis ese híbrido entre una ardilla atropellada y un zombie resacoso y drogadicto? Pues ponedlo diez veces más feo y ese será lo que me encontré en el espejo.
Me voy a desayunar y mientras desayuno mis cereales con leche (como lo único que hay es leche fría, no dejo de abrir cartones nuevos para no tener que calentarme la leche porque a esas horas no soy persona y por lo tanto me da mucho palo tener que hacerlo. Si ya me da palo en cualquier momento del día, imaginaos a las malditas seis de la mañana. Total, que mientras desayuno me pongo a ver vídeos de mis suscripciones de Youtube, sin dejar de echar de menos grabar vídeos o poder comentar algún vídeo de esos vloggers que antaño conocí y con los que me hablaba, pero como ya he repetido varias veces, a esas horas no soy persona, mi mente endormecida no llega a poder siquiera plantearse la idea de formular un comentario para ese vídeo. Automáticamente y creo que ya por inercia, me hago la mochila, me meto el portátil en la mochila y me visto, no sin antes echarme las manos a los bolsillos para hacer mi involuntaria comprobación de que llevo todo lo importante en los bolsillos: cartera, móvil y llaves. Listo. Salgo de casa y me enfrento con el cortante viento frío de noviembre. Hace un par de semanas no hacía este frío e íbamos en manga corta. De un día para otro y con el intermedio de tres días de lluvia, cambiamos la ropa de verano por la de invierno. Por un frío súbito y repentino que este año ha llegado antes que el anterior, porque el año pasado casi no me puse manga larga mientras que este año ya me estoy planteando tener que comprarme más camisetas de manga larga porque algunas me van pequeñas o me van demasiado grandes como la que llevo hoy puesta, cuyo cuello me hace más escote que si llevara un top de tía. Y las mangas incluso me son un poco cortas, y por eso me gusta arremangármelas para que no se note que me van cortas, aunque pase frío. Ya sabéis lo que dicen las modelos: “Para lucir, hay que sufrir”.
Salgo a la calle y bueno, un frío que pela. No sé a qué temperatura estaremos pero hacía tanto frío que me he metido las manos con mis guantes en los bolisllos de la sudadera, me he dado las manos y he andado así, como si fuera un cantante austríaco en un certamen de ópera por todo el camino que se me ha hecho interminable hasta la parada. Y para más inri (Iesus Nazarenus Rex Iodeorum), intento mirar cuánto tiempo queda para que llegue el bus en la aplicación y resulta que como se me ha acabado el 3G este mes, no puedo. Pues nada, a la intemperie esperando que llegue el bus y de repente, llegan cinco buses seguidos y el último, mi amado H12. Al menos hoy no lo he visto largarse en mis narices como parece ser ya tradición últimamente. Me he subido y me he colocado en los primeros asientos. Oh, sí. Qué gustazo con el calorcito del bus, mi sudadera y mis guantes. No quería irme. He disfrutado de cada segundo calorcito. Iba pensando en el examen de Medieval que he tenido hoy, pero intenta no pensar en ello, pues la profesora nos dio las preguntas y yo no me he molestado en intentar responderlas, sólo he estudiado los apuntes de cada pregunta, ya me tocará pensar y redactar cuando lo haga.
Llego a Muntaner y me bajo. Golpe de frío. Observo los edificios con los dientes temblequeando. De verdad, no me canso de los portales de Muntaner que ya me conozco como si fueran los de mi propia calle. Llego a la facultad, me cojo el café y subo. Mialgrosamente, no lo he tirado. Ya lo tiré una vez en clase con la manga de la sudadera y la lié parda teniendo que limpiar el suelo y cambiando las sillas y luego lo volví a tirar en la puerta de la facultad donde hay una moqueta que siempre me recordará con una mancha aquel fatídico día en el que el tío no me quiso aguantar la puerta y me hizo caer el café. Gracias, chico anónimo. Cada noche me cago en ti.
Llego a clase y estaba sólo la bedel mirando a ver si funcionaban los rotuladores de las pizarras. Saludo y llegan Paula, Aila y Maria que comienzan a hablar sobre el examen. Más tarde llega Cintia y como veinte minutos después la profesora de Historia Moderna, que me encanta porque es napolitana y es lo mejor porque sabe catalán como si fuera de aquí. La adoro. La clase ha tratado sobre unas supuestas lecturas de las que no ha hablado, pero que colgó anoche de 29 páginas, lectura que nadie se ha leído por el examen de Medieval. Y mientras tanto yo haciendo maravillas con el pañuelo amarillo y el cuello porque hace frío y se me ve todo. Después de clase, he ido a imprimir ciertas cosas del día a la copistería y después a comprarme mi bocadillito de bacón con tomate de la cafetería.  Y aquí estamos, intentando estudiar discutiendo sobre el doblaje de las películas.  El título de hoy está puesto así porque estábamos en la cafetería y he preguntado a la gente de la FAFU qué título poner y Aila lo ha propuesto. Después, hemos subido un cuarto de hora antes para el examen. El examen está hecho ya y me duele el dedo índice y el pulgar que os echáis de espaldas. He explicado todo lo que he podido sobre la Umma, sobre las themas bizantinas y más de hoja y media sobre la instalación de los pueblos germanos en el territorio romano. Ojú. Qué a gusto me he quedado y qué liberación más grande haberlo hecho. Próxima estación: trabajos de Historia moderna, medieval, epigrafía y Metodología.
Después de habernos quedado un rato hablando sobre el examen me he dirigido a casa, donde tras media hora de metro he estado comiendo unos macarrones con queso deliciosos a toda prisa y al Nostrum a por la comida de Laura. De allí a buscarla al polideportivo, donde estaba haciendo un examen de Educación Física y entonces, al centro cultural donde ha estado comiendo y le he dado mi regalo de mensuaversario, como me gusta llamarlo a mí. Hoy es 27, hace 15 meses que comencé a salir con mi soul sister. Gracias por existir. Espero no haberos ahogado demasiado en arcoírises. Después de una hora y media de teatro viendo cómo ensayaban Laia y Yossi su diálogo (porque más que una obra es un diálogo porque son dos solas) de Txekhov. Mientras tanto, yo gastando la batería del móvil jugando al Candy, es que su obra es aburridísima. Laia se lo merece, porque hoy mismo me ha dicho que la obra que yo hacía el año pasado era pesadísima y nunca la había visto entera porque se aburría. Pues oc. Después de teatro, a inglés que hoy me tocan los peques. Tengo un problema con uno de los peques "de cuyo nombre no quiero acordarme" porque vienen a buscarle muy tarde porque se olvidan de él, y eso que la madre tiene una tienda que está al lado de la academia y hay más gente además de ella. Pues bien, viene veinte minutos tarde y la madre tarda tres cuartos de hora en venirle a buscar. Pobres niños. Hoy ha venido uno que no era el padre, pero que era de la tienda y se iba sin la hermana que estaba en el lavabo. Madre mía... Los jefes le van a dar un ultimátum a los padres. Es una lástima porque al chaval se le da bien inglés. Hemos estado repasando porque el examen es el lunes y chan, chan, chaaaan. Y bueno, yo creo que les va a ir bien a todos.
He ido para casa de Laura donde hemos estado viendo un poco de The Big Bang (el último episodio de la 5ª temporada de Doctor Who) y bueno, a Laura le gusta Eleven y Amy. En fin.... Sin comentarios. Pero he aplaudido con el momento en el que le pegan un tiro al fez de Eleven y cuando River se carga al Dalek. OH, GOOD LORD. Es como un "OH, PLS, RIVER, STAHP, MAKE ME URS". Y, mira, llegamos al final del día. Salimos de casa de Laura y llovía un poco. Llego a casa y mis padres: ¿ESTÁ NEVANDO? Y yo: pero si no estamos a bajo cero, ¿cómo va a nevar? Y dice mi padre: ¡Es aguanieve! Y he pensado: Sí, aguachirri va a ser. Y ahora mismo estoy aquí, con mi bata de yayo y mi manta de zebra escribiendo esto disponiéndome a acabar de pasar un día de relax porque me lo merezco después de tanto estudiar.
Me alegra mucho de haber vuelto, a ver si duro mucho,

Que los dioses os guíen y que Minerva, Isis y Loki os acompañen en vuestros pasos.