Día 22: Te odio cuando tienes éxito.

Que alguien me lleve a un centro Pokémon, porque me he sentido debilitado todo el día. Como dije ayer me dolía la cabeza, estaba supercansado y no tenía ganas de nada y, era normal. Acabé con 38 de fiebre y yéndome a dormir a las 20 y pico. Hoy me he levantado que me dolían los ojos, ¿cómo explicarlo? No lo sé, pero me dolían los ojos como tal, como globos oculares, no como sentido de la vista. A primera hora tocaba Geografía y hemos acabado hablando sobre el censo y sobre alumnos gitanos y paranoias sobre personas que no podían demostrar que existían porque no tenían documentación y porque sus padres no les habían registrado en el Registro Civil, bla, bla, bla, bla. Después en Catalán más verbos, y a media clase, se han ido los de Tecnología a una excursión. Sí, otra y luego se quejan de nosotros, oye. En Historia del Arte viendo diapositivas sobre cuadros renacentistas, que me encantan!!!!!! Después del patio con Laura, Núria y Alex (acoplado, tirando la caña a las dos pobrecitas), tocaba Historia, pero Cristina y yo hemos salido antes, de una clase en la que eramos cinco o diez personas en la que Raquel nos contaba el turbulento y maquiavélico mundo de los profesores de Universidad dónde se ve que son capaces de cualquier cosa para poder acceder a un puesto mejor... ¡ESTO ES LA GUERRA POR EL PUESTO DE DECANO! Eso, que nos teníamos que ir a ensayar la presentación del treball de Recerca. Me he puesto más nervioso de lo que pensaba, sobre todo cuando la profe ha anotado algo, he perdido el hilo. Y tengo que alargar más el Powerpoint y bla, bla, bla. Total, que nos hemos perdido la clase de Tutoría. Y después en castellano, corrigiendo deberes que se me han perdido en la mente, ya. Después de eso otras dos horas de teatro, yendo a comer a casa en cinco minutos y volviendo. Hoy no tenía ni hambre, si quiera. Me ha costado mucho comermelo todo, pero al final, he llegado a Teatro tarareando Monsieur Cousteau. Hemos ensayado y hablado sobre los polacos, me encanta mi grupo de teatro, estamos todos tan unidos, de verdad. Después de eso he quedado con Andrea y Laura para ir a las Arenas, pero entre una cosa y la otra, hemos acabado yendo cuando ya anochecía y para nada, porque el libro que buscaba taaaaaaaampoco lo tienen en ese FNAC, normal, por otra parte, pero bueno. Hemos podido asistir en directo al concierto de un excelentísimo grupo llamado Las Ruinas cuya canción más pegadiza nombra la entrada de hoy. Canción que hemos estado tarareando durante todo el camino y haciendo las versiones que La Vagina de Minerva, el grupo que Andrea, Laura y yo vamos a hacer, pondrá en su primer disco junto con "No es de color, es blancooo". O "Mobil se escribe con V de te quiero". Y en fin, además de algún que otro pique sin importancia con Laura, hemos vuelto a casa dejando a Andrea en el campo del Santa Eulàlia. Ahora mismo acabo de hablar un rato con las polacas por el chat de Facebook y son, muy majas, aunque es viernes y están cansadas y se van a dormir muy pronto, bueno es normal, son polacos.

Que Apolo y Diana te guíen lector, y que los dioses, sobre todo Neptuno, esta noche, te acompañe.


PD: ¿Desde cuándo Laura es una planta?