10 de gen. 2012

Día 5: Dolor de barriga

Ya ayer por la tarde me dolía la barriga una barbaridad y no fui a la academia porque no quería pasarme una hora y media muriéndome allí mientras me hacían hablar inglés y me metí en la cama, y aquí estoy. Al día siguiente, con el mismo dolor de barriga que ayer. Incluso peor. Me había levantado emocionado, porque no me dolía. Un poco débil, pero con ganas de ir a clase. Literatura Catalana, no me he quitado la chaqueta para nada, me dolía muchísimo. Eso de subir tres pisos con veinte quilos a tus espaldas, no es nada saludable. Y mucho menos lo es hacer un comentario de texto con un dolor de barriga de la hostia. Inglés, otro tanto de lo mismo. La clase de inglés suele ser la más calurosa de todo el instituto, pero hoy, no. Hoy los fados se han unido en mi contra, hoy era la más fría y he estado tiritando toda la hora, mientras escuchaba tonterías sobre la voz pasiva y que si Cameron ofreciendo la independencia de Escocia a Alex Salmond, el presidente del parlamento escocés... Lo que faltaba a los demás pueblos nacionalistas, que Escocia se independizara. Si ya con Kosovo las cosas temblaron, ahora imagináos con Escocia. Se avecinan revueltas, mushashos. En fin, aquí estoy yo tras una siesta de tres horas desde las 10 hasta las 13, después de comer un insípido arroz blanco con un dolor de barriga que viene y va, con una manta por encima y una estufa bien cerca de mí porque a la que me destapo estoy tiritando y mira que yo no suelo tener frío de nada. Y bueno, como no queréis detalles de mis dolores de barriga, voy cortando aquí mi entrada de hoy: Corta, sí, pero es que no creo que esta tarde tenga mucho más que contaros. Veré alguna peli mientras pueda mantenerme sentado y seguiré luchando contra el dolor de barriga. Lo que peor me sabe, fíjate tú, es haberme perdido Latín e Historia del Arte...


En clase de Inglés a una compañera de clase (Jesica) le ha sonado el móvil, y está "prohibido" llevarlos encima y mientras la profesora le pedía que se lo diera para requisarlo ella ponía excusas del palo:
"¡Estaba apagado, pero lo he encendido y se ha encendido solo!". Claro... Todo tiene mucho sentido.

Que Diana y Apolo te guíen noche y día y que los dioses velen tu camino.

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