2 de des. 2013

Día 702: Sin dormir y sin café se pierde hasta la fe

Hoy me he despertado y no sé si he dormido, o sólo he tenido los ojos cerrados durante dos horas. La última vez que miré el reloj eran las cuatro y media y recuerdo haberme levantado con los ojos entelados al lavabo y eran las cinco. A todo esto con un resfriado del copón que no dejaba de toser, respirar como un globo deshinchándose y con una tos que parecía un camionero fumando como un carretero. Suena el despertador y me caliento la leche. Estaba tan dormido que no me ha dado ni palo. Cojo mi portátil táctil, me lo pongo en la mesa del comedor y me pongo a ver Cómo conocí a vuestra madre mientras desayuno. Me visto, me hago la mochila todo por inercia y me pongo los cascos y la bufanda y el gorro. Hala, a enfrentarse a la fría calle de una mañana de diciembre. Ya estamos a diciembre, casi no me lo creo. Dioses del Olimpo. Estaba llegando a la Gran Via y de repente comienza a sonar el I dreamed a dream de Susan Boyle y me lo pongo a toda hostia y con eso creo que me he despertado y he empezado a vivir la canción y me ha dado un subidón que parecía que estuviera yo cantando gesticulando en medio de la Gran Via con los conductores mirándome. Pero me ha dado igual porque era lo que necesitaba. Llegando a la parada he tenido que correr para coger el bus y he sufrido por el portátil botando dentro de mi mochila. Me subo en el bus y me bajo en Muntaner sin darme cuenta de que ha pasado el tiempo. Creo que me he vuelto a dormir despierto. Esta vez me fijo en la librería de segunda mano y estaba cruzando la calle de la plaza de Goya cuando veo a Joan, un chico de teatro con el que comencé en el Ela-Ela viniendo de Universitat y me ha acompañado hasta la facultad hablando. Encuentros a las siete de la mañana con viejas glorias de teatro. Y hemos flipado ambos como diciendo: ¿Qué haces tú aquí a estas horas y aquí? Total, que me despido de Joan en la puerta de la facultad y me meto en la biblioteca a por el café de cada mañana. Cual ha sido mi sorpresa cuando ponía en la máquina: FUERA DE SERVICIO. Se me ha caído el cielo encima. Habiendo dormido solo dos horas y sin café. Me moriría en Historia moderna, pero el resultado ha sido otro. Yo, como soy un dramas y un pupas he comenzado a quejarme por la máquina de café, pero la realidad ha sido que no me he dormido pero que me duele la mano de la bolera. He llegado a un nivel superior pues tengo agujetas de haber tirado unas veinte veces una bola de bolos. No me lo puedo creer.
En Historia moderna, entre cabezada y cabezada, agujeta y agujeta he tomado los apuntes sobre moda femenina en la edad moderna. Hemos descubierto que los señores modernos y las señoras modernas eran unos guarros y unos inútiles. Creían que en el agua había enfermedades y los líquidos eran algo diabólico y por eso no se bañaban. Sólo se cambiaban y lavaban el cuello y los puños de la camisa que llevaban pues la blancura de éstos demostraba su nobleza. También se embadurnaban con polvos de talco para limpiarse y quitarse el sudor (líquido que también traía enfermedades, por cierto) y los bebés, en vez de lavarse, los vendaban. Sí, sí. Los vendaban y les cambiaban las vendas para lavarlos. Por eso morían más de la mitad, y los que sobrevivían por gracia de los dioses, pues mira. Luego estaba el tema del cabello, si miráis cuadros de esa época veréis a todos con pelucas eso es consecuencia de no lavarse: al no lavarse el pelo se pudre y el pelo putrefacto además de apestar no tenía demasiado buen aspecto pues ante eso, pelucas. Además, yo ya sabía que desde época medieval, los señores y las señoras esnifaban colonia para no tener que oler el mundo como era. Asqueroso, pero mira, era la época en la que les tocó vivir. También me ha hecho ilusión porque hemos hablado de Madame de Pompadour que “le gustaba lo científico y hacía experimentos” y yo pensando por dentro: porque conoció al Doctor, a su Doctor de la chimenea y por eso le encantaba lo científico. Yo sé la verdad. #whoviansalpoder
Después de clase hemos ido a por un bocadillo de queso y un café para desayunar (POR FIN UN CAFÉ, TOMA CHUTE DE CAFEÍNA PA MI BODY) y a imprimirle un libro a Cintia en la copistería. Después de eso a una tienda de DVDs antiguos y baratos y luego a ver dónde estará la librería de segunda mano que abrirán donde me bajo yo del bus cada día.
Y una vez mirado el lugar, de vuelta a clase de Medieval, donde he comenzado a escribir esta entrada porque sigo sin internet en casa. A ver si llamo esta tarde. Después de Medieval seguiré en casa, a ver si puedo, que aún queda día por delante.
En clase de Medieval, me la he pasado la mitad navegando por la red, buscando cosas, actualizando listas de libros, bla, bla, bla mientras tomaba apuntes del principio de Carlomagno, que se llamaba Carlos. Ha sido tan gracioso. Nieto de un Martel. Unbowed, unbent, unbroken. Búsquedas en la red en las que te enteras de que han existido Daniel Lestrange de verdad en Irlanda y en Londres, que algunos eran carcineros y nacieron en el siglo XIX o a inicios del XX. SON MIS VIDAS PASADAS. Nos hemos enterado de que la sueca de Erasmus está liada con Mister Praxis. Dioses del infierno, ¿xq? ¿xq? ¿xq?
Salgo de clase y directo para el metro con Cintia y Aila, pero ellas se bajan antes que yo y yo, aguantando sin sentarme en todo el trayecto llego a Hospital de Bellvitge, a mis curas de cada dos semanas. Llegamos, nos entamos y tras esperar media hora me visitan y me dicen que la doctora llegará en poco tiempo y me podrá dar el alta. Ya es hora. Después de la visita vamos a comer a la cafetería del hospital una repulsiva y vomitiva deliciosa comida basada en macarrones al horno con zanahoria y pollo con berenjena. En fin, que he disfrutado más comiendo el pan y el postre que nada. Después de eso, convenzo a mi padre de ir al Mediamarket porque aún era el Black Friday (terminaba hoy lunes) a ver si estaba The perks of being a Wallflower y sí. ¡A mitad de precio! Después de eso hemos vuelto al barrio y yo me he pasado por casa de Laura que estaba malita y la he estado cuidando hasta que me ha tocado la hora de irme a inglés. 
Antes de explicar inglés me gustaría comentar el fenómeno Black Friday. En Estados Unidos a primera hora de la mañana las rebajas son del 90% y a medida que va pasando el día esta rebaja disminuye, en cambio en España, como son unos copiones pero a la española han decidido que sólo sea unos cuantos artículos, unas cuantas tiendas y la rebaja únicamente del 50% y en algunas tiendas, ni eso.
En fin, hoy me tocaba el examen con los peques. Además de estar asustadísimo porque les costaba entender el examen, han tenido errores básicos que se habrían podido ahorrar si hubiéramos practicado más lo escrito, se han pasado media clase discutiendo sobre si tenían cada color y sobre qué ejercicio iban y las ganas que tenían de coger la consola. Pero al final no les ha dado tiempo de jugar y uno de los alumnos no ha venido, así que le tocará hacer el examen el miércoles con la secretaria. En fin. Después de eso me he ido a casa de Laura a volver a verla que seguía malita y después de dejarla en inglés, me he venido para casa y, dispuesto a llamar a los del Internet, reinicio el router  por si acaso me lo iban a decir y cuál es mi sorpresa cuando de repente tengo conexión. Maldito destino... Y bueno, cenar, hacer el vago y ver Cómo conocí a vuestra madre. Y mañana sera otro día que tengo muchas ganas de dormir.
Que los dioses os guíen y que Morfeo me viole esta noche.

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