17 de febr. 2012

Día 43: Gonna get down on Friday

Hoy me he levantado con ganas de que terminara ya el día, quería que pasaran estos días hasta el lunes. Si os fijáis os explico en cada momento cómo me levanto, aunque en realidad es la sensación que tengo ahora, al momento de ir a acostarme. A primera hora tocaba Geografía, sinceramente es mortal hacer esa asignatura a primera hora por el sueño, pero hoy nos ha puesto un documental de barracas y tras los comentarios de "Ey, Dani, te has cortado el pelo, anda y la trenza? para cuando?". Bueno, el documental de barracas sí, eso. Había barrios de barracas en el Carmel, otro en Barceloneta y otro rodeando la montaña entera de Montjuïc, increíble. (La duda que me inunda a mí es... ¿Quién se pone a grabar la vida casual de la gente de las barracas? ¿Qué clase de gente va con una cámara a un barrio pobre a grabarlos? ¿Qué clase de gente era que no tenía dinero para un piso normal pero sí para una cámara? ¿Qué clase de pobres eran que tenían dinero para poderse permitir hasta una cámara que grabara en color?).
A continuación, en clase de Catalán hemos seguido con pronoms febles, había olvidado lo bonitos que son y lo mal que se me dan. Después, en Historia del Arte hemos seguido explicando cuadros del barroco español y cuando ha llegado el cuadro de La fábula de Aracne de Velázquez, la profesora me ha pedido que explicara el cuento de Aracne y Minerva, pero me he dado cuenta que no me sabía lo de qué cuadro pintaba Aracne, y ella, amablemente, ha terminado la historia. Sabía cómo terminaba y por qué se enfrentaban. Érase una vez una mujer joven y bella que se creía tan buena tejiendo que un buen día tuvo el valor y la osadía de desafiar a la mismísima Minerva (Atenea para los griegos), diosa del telar. Minerva, para ocultar su identidad frente a los demás mortales decidió aceptar su reto y transformarse en una anciana que fingiera ir a tejer en el taller de Aracne y proponerle el reto. Aracne tejió un bellísimo tapiz en el que se mostraba el rapto de Ío, una ninfa que fue secuestrada por Júpiter (Zeus para los griegos), padre de la misma Minerva y ésta, enfurecida por haber representado a su padre cometiendo una infidelidad y llena de envidia al ver la maravillosidad del tapiz, decidió que Aracne nunca dejaría de tejer y la transformó en araña. De ahí que el adjetivo de araña sea arácnido.
Durante la hora del patio intentando subsistir al frío persiguiendo a Cristina y Alba, pero como comentario decir que esta semana Quique se comió, el lunes tres donuts bañados en azúcar, el martes seis, el miércoles otros seis y ayer jueves unos nueve. Hoy, viernes, ninguno, porque no tenía dinero, pero ya lleva 24 donuts que por mucho que luego vaya al gimnasio y queme las grasas... el azúcar no lo quema. Tiene que tener las venas saturadas.... Que 24 donuts en 4 días no es nada sano y mucho menos adecuado...
Quería comentarlo por aquí para que yo, cuando lea esto en el futuro, pueda recordarme de esto.
Después del patio, tocaba Historia y hemos comenzado la Guerra Civil, me ha hecho gracia eso de "Vamos a comenzar la guerra civil" y me he erguido y he comentado así, más o menos en voz alta: A LAS ARMAS, MUCHACHOS. No lo ha oído nadie, pero mejor ser ignorado o no oído que oído y ridiculizado.
En clase de tutoria no he hecho practicamente nada, sólo hablar con Esther y Bea...
En clase de Castellano hemos leído mi poema favorito, Canción de otoño en primavera, de Rubén Darío:

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...
¡Mas es mía el Alba de oro!


Aún recuerdo el tema de la obra que ha dicho la profesora, un parrafaco que no hace falta copiar aquí por el palo que me da buscar el papel, pero vamos, que la profesora de Literatura Catalana lo habría solucionado con un "nostalgia por el amor pasado".

A las 15, con los del grupo de teatro he ido al Institut del Teatre, Ester, mi antigua "monitora/profesora" de teatro en 1º y 2º de ESO. El Institut es un lugar flipante ya por fuera, imagináos por dentro. Dan ganas de entrar a trabajar. Y la obra que hemos ido a ver de Ester que hacía para una asignatura de taller con materiales... Ha sido absolutamente genial, han comenzado haciendo volteretas, pasándose cubiertos afilados los unos a los otros, poniendo una mesa, escupiéndose vino, comiendo carne falsa y después han comenzado a cantar y a usar marionetas. Han interpretado este romanç, cantándolo y interpretándolo con marionetas. Ha sido, de verdad, increíble y alucinante. Cuando la "dama de Reus" ha comenzado a matar gente con la espada y lo menos han sacado 50 marionetas distintas, todas durante un segundo para morirse solo, cada una distinta, muriendo de una forma distinta y cada una de un país distinto. Chapeau, para Ester y sus cuatro compañeros.
Y con prisas y Hermann, llego a Santa Eulalia que había quedado con Andrea y aunque, he llegado un poco tarde, nos ha dado tiempo a ir a mi casa, coger dinero e ir a la reunión con las pequeñas de teatro en el Instituto. Sí, sois las pequeñas, Laura. Cuando Carme me envió un correo diciendo que fuera, me dijo que se lo dijera a los demás, pero son unos pasotas y no han querido ir. Total que luego, Andrea, pobrecilla, me ha acompañado a la reunión (ella ha estado en más reuniones sobre el intercambio que la mayoría de la gente del grupo de los "mayores"). Carme les ha explicado a las pequeñas paso a paso lo que haremos, que me ha ido bien, para aclararme las ideas. 
Al salir, Laura ha quedado con sus amiguitas, y nos ha dejado a mí y a Andrea tirados. Total que hemos recorrido los chinos y el Osset Savi del barrio para conseguir mi disfraz, y bueno, más o menos lo tengo ya listo. Mañana he quedado por la mañana para grabar el videoclip dels Amics Awards, por la tarde es la rua de Carnaval, que hoy ha llegado antes de que me dé cuenta, la verdad.
Y bueno, he estado viendo la peli que Laia me dijo que viera, Diarios de la calle, y casi lloro, qué bonita y qué dramón de guetos y negros y luego una peli de Tim Burton, la única que no me ha acabado de gustar, "Sweney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet", es un barbero que comienza a matar a sus clientes y la mujer que vive debajo, que es pastelera, hace pasteles con los cuerpos de los clientes. El barbero es Johny Deep y la mujer es Helena Bonham Carter, y el malo es un juez, Alan Rickman, Snape en Harry Potter. Y los tres cantan en la peli, porque es un musical, pero el final y la cantidad ingente de sangre no me han gustado, así que le doy un aprobado, aunque me haya revuelto el estómago y casi me desmayo, coñe, que soy hemofóbico.

Que Apolo, Diana, Minerva, Júpiter y Baco os acompañen, lectores. Bona nit i pantalons.

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