23 de febr. 2012

Día 49: Talleres y Sagrada Familia

Me he levantado con energía, con ganas y ese dolor de pies que ya me viene acompañando desde hace unos días... Habíamos quedado a las 9 en la plaza del COPEM para ir hasta el albergue y allí nos encontramos todos con esa cara de cansados y de haber pasado una noche muy a gustico en nuestras camas después de un duro día de caminatas por Montserrat... Tocaba hacer talleres con los polacos en el albergue, otra vez sube la cuesta del Carmel, porque a Carme (Carmel, Carme, JAJAJAJJACasualdiades) no le gustaba el viaje en L2 aunque fuera bajada... Total, que, acompañados de las gatitas (las enanas, las dels 4 gats) subimos tooooooooda la cuesta infinita y eterna y larga y letal y horrible y mortal e infinita y horrible y... ¿he dicho infinita?. Me dolían los gemelos como si me fueran a explotar y mis compañeros me miraban como diciendo: "¿Ya estás cansado?" PERDONA, PERO LLEVO ARRASTRANDO CANSANCIO DESDE EL LUNES, TENGO LOS GEMELOS QUE ME VAN A EXPLOTAR DE TANTO SUBIR CUESTAS, NO PIENSO VOLVER A ESTE BARRIO EN MI VIDA. Llegamos al albergue, unos antes que otros y unos más muertos que otros, pero llegamos. Los polacos nos reciben con una sonrisa en la cara, recordando cómo fue el día de ayer y lo bien que nos lo pasamos... Hoy se ha notado por fin una compenetración, un compañerismo, por fin, después de medio intercambio nos comenzamos a abrir los unos con los otros... El primer taller que hemos hecho ha sido con Attis y teníamos que hacer un ejercicio de caminar y cambiar personajes que ha sido un caso al principio porque no lo entendía y por mi culpa Paulina y yo lo hemos hecho mal y ella ha quedado mal delante de sus compañeros y me miraba reticente cuando nos sentamos, como resentida... Adiós, posibilidades... En fin, después de un taller con Attis y su inglés jugando a distintos juegos teatrales, llega la hora del "patio", del descanso para comer algo. Y nosotros, los catalanes, mirábamos, apenados cómo los polacos nos observaban comer nuestros bocadillos y entonces, sus profesoras sacan unas bolsas enormes y comienzan a sacar paquetes de galletas Príncipe y cuando creíamos que iban a comer, comienzan a andar hacia nosotros con paquetes en mano y nos los ofrecen todos enteros a nosotros. Ellos no han comido ni una. En fin, costumbres distintas, países distintos. En el segundo taller, por lo visto Tona se encontraba mal y se ha tenido que ir y nosotros, nos hemos quedado sueltos. Teníamos que ensayar una canción pero... bueno... finalmente nos han dado una letra de una canción polaca que se ve que es típica de las bodas y que todo el mundo se la
sabe y se llama Szła dzieweczka, algo así como "Siguió a la chica" y viene Olga, una de las polacas y se acerca a mí y a Eric, el hermano de Quim que íbamos juntos en el taller y nos enseña a pronunciar la letra, y la primera vez ha costado pero he podido pronunciarlo bien, suerte que tengo las cuerdas vocales adaptadas al inglés, porque hay demasiada consonante junta... En la segunda vez he decidido anotarme debajo de la letra la forma de pronunciarlo, porque si no no habría forma de aprendérselo... Mientras tanto los demás polacos les enseñaban a los catalanes a pronunciar la letra y finalmente la hemos cantado todos juntos... Ellos se reían de nuestro acento... A saber cómo lo teníamos, casi el mismo que ellos hablando castellano... En fin, que la canción tenía coreografía y nosotros, queriendo devolverles el favor, decidimos enseñales un baile típico en España pero... la Macarena la conocían, también Aserejé pues... Paquito el chocolatero. Que era muy simple y no nos sabíamos la letra, bien, bien, bien. Al final, hemos acabado saliendo fuera, al sol invernal que ardía jugando a juegos como el escondite inglés, la gallinita ciega y otros dos polacos que en ambos había que cantar, y molaban mucho, vaya que sí.
Después de los talleres, comemos en el albergue. ¿El menú del día? Fideuá y empanadillas. Fideuá: fideos con salchichas y guisantes. Empanadillas: algo parecido a una empanadilla de atún con tomate. Bej. Me ha recordado a mi trauma infantil con las empanadillas del Milagros Consarnau, mi colegio de primaria... De postre un plátano, ha sido lo mejor de la comida. Como detalle decir que hemos comido mezclados con los polacos y que ellos no beben agua durante las comidas, o al menos no ésa agua, porque "no sabe a nada más que a metal". Es que a ellos les gusta beber agua de sabores...
Después de comer y tras pasar un rato tumbado a la bartola frente a las vidrieras modernistas que me vuelven loco viendo vloggers y vloggeando yo mismo nos dirigimos en metro a Sagrada Familia. Una vez allí esperamos a Biel, el profesor de religión del instituto que es cura, además. El tío es un cachondo, no se hace  nada en clase y no es de esos religiosos estrictos, ni siquiera lo parece, porque es de los mejores profes que hay, os lo aseguro. Y bajo la excusa de que somos un colegio de curas nos dejan entrar gratis y antes que a los demás colegios que estaban allí esperando. Biel nos guía por las dos fachadas del templo y por el interior, un conjunto modernista y contemporáneo lleno de colorido y metáforas animales y no tan animales. Lo mejor de la Sagrada Familia las vidrieras que llenaban de color el interior de la iglesia, cuando estén todos terminados será precioso estar dentro. Dicen que no terminará nunca, pero yo espero que termine en el 2026... Es lo típico decir eso de "Eso va a durar más que la Sagrada Familia" pero es normal, pensad que las catedrales góticas y románicas no se construyeron en dos días, tardaron un siglo cada una y las hay que no están ni terminadas pero que las han dejado ya así...
Después de la visita, salimos y Carme y Àngels nos dejan ir por libre, vamos al McDonald's y merendamos algo, nos despedimos de los polacos que estaban en la acera, esperando para ir al albergue y nos vamos a casa. Llego a casa, me tumbo en la cama con la intención de ver Once Upon a Time pero termino subiendo las fotos al Facebook... Un buen día de intercambio. Cada vez queda menos... No me quiero imaginar el último día, ahora que les estoy cogiendo cariño...

Que Apolo y Diana os acompañen, lectores y que Fortuna acompañe a los polacos. Pożegnanie!

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