8 de gen. 2012

Día 3: El último día de las navidades

Poco quedan ya de esas Navidades, en realidad, pero técnicamente hoy terminan. En realidad, han terminado hace un cuarto de hora, por que sí, casi me retraso con mi entrada diaria. Bueno, casi no, que me he retrasado de verdad. Que estoy escribiendo el día nueve. Espero que el blog no me penalice. Hoy me he vuelto a levantar tarde como de costumbre. Anoche me fui a dormir muy tarde por estar editando una intro para una amiga, que al final no se va a hacer vlogger, y sí tú sabes quién eres. Y me parece fatal que no te vayas a hacer videoblogger. En fin, que hoy me he levantado dispuesto a finiquitar el Treball de Recerca, más o menos eso he hecho. Las conclusiones no son "més extenses", pero se ha hecho lo que se ha podido. Después cuando lo he terminado me he puesto a hacer el regalo de una amiga para su cumpleaños porque la idea que tenemos Andrea y yo para su regalo, es muy costoso y hay que comenzarlo a planear cuanto antes... Ya cuando haya pasado la fecha (en marzo o por ahí) os contaré más o menos lo que le hicimos. Después a las 20 h tenía una cita en un teatro de Barcelona. Og, me he sentido como un rico de los que viven en Pedralbes. Rodeado de abuelas con los abrigos de piel y señores con trajes y yo con esos aires de barrio bajo, esa mirada perdida, pero lo de la mirada perdida es de la gran inteligencia por la que soy conocido mundialmente. Vale, menos flores, Daniel, que ni eres inteligente ni eres conocido. No, ni mundialmente ni en tu casa. Que le preguntan al perro antes los buenos días que a mí. Y eso que no tengo ni perro. Bueno, vale, exagero. Se lo preguntan al florero.
Cómo decía, he ido al teatro. Al Teatre Colisseum de la Gran Via a ver la obra de Terrat Pack d'Andreu Buenafuente, José Corbacho, Ana Morgade y Berto Romero. Hemos ido, mis padres y yo, invitados por Corbacho que es amigo de la familia y, sinceramente, es de los mejores espectáculos de humor que he visto. Completamente recomendable. Son cuatro monólogos actuales y frescos, con interpretaciones que harán reír a los espectadores. Bueno, Daniel, ¿qué te crees que eres un crítico de cine? Vale, vale. Lo he pillado. A medida que vayáis leyéndome sabréis que a veces me gusta mantener discusiones conmigo mismo. Creo que esto de escribir las entradas del blog diario a tan altas horas de la noche no es bueno. Cuando comience la rutina (mañana, qué asco) escribiré la entrada a las 15.00 (cuando venga del instituto) y ya la iré ampliando, si fuera necesario por cosas que han sucedido a lo largo del día.
En fin, que me ha gustado mucho el espectáculo, me duelen las costillas de tanto reírme y el brazo del posabrazos de la butaca, que era más incómodo que yo que sé. ¿Cosas malas? El metro que pasaba por debajo del teatro cada dos por tres y retumbaba todo el edificio. Mal rollito... Y luego la señora que tenía detrás. No había abierto la boca el Buenafuente aún cuando ya se estaba riendo con una risa aguda de esas que se te meten en el oído y te lo perforan, exasperante. Al volver a casa y cenar, me pongo frente al ordenador (eran las 23 o así, por eso porque escribo esta entrada demasiado tarde) y me encuentro con que han subido no sé cuántos vídeos de la quedada Creeper que organizó Rush Smith el día 4 en plaça Universitat, en los que salgo desafinando, haciéndome fotos y esas cosas. Quiero subir yo mi vídeo de la quedada, pero tengo que grabar la parte conductora y últimamente no he tenido tiempo. Que por cierto, si no me conoces... ¡también soy videoblogger!
Luego me he ido a Twitter y qué sorpresa la mía. Un grupo de música catalán llamado Obeses, malísimo, todo sea dicho. Es mi punto de vista, (¿qué quieres que le haga?), había retuiteado un tweet mío en el que decía que no me quería morir escuchando su música, ni mucho menos. Pero lo extraño no es eso (bueno sí, es muy raro que un grupo retuitee eso), lo extraño es que me retuitearon otro tweet en el que decía que eran un grupo de mierda. Yo, asustado, lo borré. Temiendo hordas y hordas de fans locas atacándome. Pero luego vi que esos no tienen fans y que no lo debí borrar, era mi opinión y al ser una ente pública tienen que estar sometidos a todo tipo de opiniones, sean positivas o negativas. Y la mía es que se dediquen a otra cosa, porque es demasiado poco humilde que le llamen a una canción "La millor cançó d'amor mai concebuda", la mejor canción de amor jamás concebida, cuando es un estridente conjunto de música y sonidos desconcertantes que no tienen ni pies ni cabeza. Yo dejo mi pregunta aquí: ¿eso es música? Si has respondido la pregunta anterior afirmativamente, repito, ¿En serio? Si me la has vuelto a responder con un sí. Yo te pregunto: ¿Y eso quién te lo ha dicho? Y te pido que me expongas por qué ahí abajo en los comentarios. Y bueno, subidas de tono con Daniel creyéndose todo un intelectual y un crítico musical, que de eso no tengo nada, me despido ya por hoy. Sin quererlo, porque no quiero irme a dormir, porque significará que se acaban las vacaciones y comienza el suicidio llamado Segundo de Bachillerato. Pero esta vez, más difícil. ¡El segundo trimestre! Porque si el primero era el más fácil... ¡que los dioses nos pillen confesados en mayo! No quiero ni pensarlo, santa Minerva.

Anécdota graciosa del día:
Mis padres, antes de entrar en el Teatre Colisseum, buscando un lugar donde poder entrar en el lavabo... han acabado en una cervecería de carácter, digamos, homosexual. Mis padres creyeron que la bandera gay no significaba eso, sino que era un bar de hippies, por el arco iris. 


Que Diana y Febo guíen tus pasos noche y día y que los demás dioses te observen. 

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